Un equipo a medida de Pacheta

Observe bien los nombres de los jugadores que aparecen sobre fondo verde. Son los que deben conducir al Real Valladolid al éxito... o al fracaso. Esta temporada no admite medias tintas. El Pucela, por calidad de jugadores, presupuesto y evolución durante la temporada, debe acabarla con un ascenso. Pero el fútbol no pertenece a las Ciencias Exactas, de modo que es posible que no se consiga. 

Y sería difícil explicarlo bajo un  prisma positivo. Si el conjunto de Pacheta, con su frustrada pretemporada por la covid, su obligada adecuación al nuevo entrenador, su cambio de formación que le pilló sin apenas extremos natos y su goteo de lesiones, ha conseguido franquear el ecuador de la Liga en puesto de ascenso, el optimismo es comprensible ahora que el bólido toma cada vez mayor velocidad y no culea en las curvas. 

Este Real Valladolid, aunque no lo diga el director deportivo, es más completo y más compensado que el que llegó hasta diciembre. Pero, sobre todo, se adecua más y mejor a lo que quiere y necesita Pacheta, una vez instalado el 4-4-2 como dibujo táctico principal, abierto a alternativas.

PORTERÍA. Esta y la delantera son las dos líneas sin variaciones. El único cambio acaecido hace seis jornadas es la entrada de Masip por Roberto. El catalán ha respondido con sobresaliente absoluto. Lleva un gol encajado en el primer partido y acumula cinco imbatido. Da la impresión de que el estilo de Pacheta, con la defensa más adelantada, se adapta mejor a su juego que el de Sergio, con la zaga y mediocentro más retrasados, lo que le obligaba a incrustarse atrás. 

DEFENSA. Una parcela preñada de novedades. En el lateral derecho siguen Luis Pérez y Janko pero ha irrumpido el juvenil Fresneda con fuerza tras sólo dos partidos. Entrenará con el primer equipo pero en el club quieren que juegue y no será suplente de Luis Pérez si está Janko. Jugará en el Promesas.

 En el ala zurda se ha ido el intrascendente Olaza. Nacho se queda como primer espada, a la espera de que Carnero logre su mejor versión tras su lesión, para disputarle el puesto. No habrá problema si tarda porque el recién fichado Josema es un central puede jugar en la banda, causa por la que fue fichado. 

Y es que el club busca la versatilidad. La que le permite a otro central, Joaquín, actuar como mediocentro. Javi Sánchez, en su mejor nivel desde que llegó, y El Yamiq lucharán con ellos dos por la titularidad. Olivas, otrora referente indiscutible de la zaga, parece quedarse como quinto de la lista. Queirós regresó al Famalicão.

MEDIOCENTRO. Esta zona ha registrado más movimiento que el metro de Tokio. De seis componentes para dos puestos se ha pasado a los cuatro naturales, con tres salidas y una entrada. San Emeterio, Alcaraz y Kike están en Primera y Monchu ha venido desde esta categoría para suplir las posibles ausencias de Aguado o Mesa. No había un jugador de este corte en la plantilla y la falta prolongada de uno de ellos hubiese constituido un serio problema para conservar el actual estilo de fútbol de toque y construcción desde atrás. Anuar supone el contrapunto con su juego más físico y defensivo, pero sin olvidar su capacidad de ataque. Y si hace falta parapetar más pero sacar limpio el balón en algunas fases de los partidos, ahí está el antes citado Joaquín.

EXTREMOS. La idea inicial de Pacheta de jugar con 3-5-2 abocó al equipo a contar con Plata como único extremo, tras la lesión de Vallejo y la tardanza en la recuperación de Hervías. Cuando el ecuatoriano estaba con su selección, ya no había jugadores natos para esos puestos, ocupados entonces por Toni y Plano, más bien interiores.

Las llegadas de Iván Sánchez y Morcillo, más la incorporación desde el Promesas de un Narro que no parece en los partidos ni en el trabajo diario jugador del filial, han dotado al equipo de juego por las bandas, imprescindible no sólo para poner centros, sino también para ensanchar el campo ante rivales que se cierran. Por la derecha habrá cuatro futbolistas, cuando se recuperen Hervías e Iván Sánchez. Plata y Narro son los otros dos. En la izquierda están Toni y Morcillo.

DELANTERA. El club tenía claro desde el principio que contaba con todos y que no habría en el mercado recambio mejor de lo ya existente. Weissman es intocable, mientras que su puesto de acompañante está abierto a Plano, Cristo y Sergio León, que rotan por el mismo. Plano ya puede jugar por el centro del ataque un poco por detrás del punta, como le gusta al míster, ante la llegada de extremos.

Pacheta y Fran Sánchez han  logrado también su deseo de dejar una ficha libre, por si una larga ausencia por lesión obliga a efectuar otro fichaje, pues ya no se puede cambiar un jugador por otro.