FÚTBOL / REAL VALLADOLID
Weissman, el orgullo de Pucela
El israelí no quiere escuchar ofertas para salir: «Me gusta todo de Valladolid, quiero subir y estamos en el camino de lograr el objetivo» / «Pacheta es buena persona y buen entrenador»
Shon Weissman está a cinco minutos de dar el pregón de las fiestas desde el balcón del ayuntamiento. En cuanto mejore su castellano, algo en lo que se esmera día a día, y si sus goles impulsan al Real Valladolid a Primera, será uno de los grandes candidatos a colocarse la pañoleta y exhortar a sus conciudadanos al disfrute. Un tipo que renuncia a jugar en la élite porque está a gusto donde vive y que lleva a su hijo a ver al Tío Tragaldabas y la Tía Melitona en plena semana de feria y fiestas, ya es pucelano de pleno derecho.
Y más cuando asegura que el mercado de invierno no es ninguna tentación para él. Ni se plantea escuchar ofertas. «Yo aquí en Valladolid. Me gusta mucho la afición y todo. Quiero subir y estamos en el camino de lograr el objetivo».
¿Por qué está tan feliz en la ciudad y con la afición? «Ellos me gustan y yo les gusto a ellos. Para mí lo más importante es eso. Estar a gusto en el club. Desde el primer minuto en que llegué, la gente me demostró su cariño y le estoy muy agradecido. Siento lo mismo».
El punta israelí habló tras recoger el premio como mejor jugador de diciembre, votado por la afición. Por primera vez se soltó en español, apoyándose en contadas ocasiones en el inglés. «Hablaré en spanglish», dijo al inicio.
El delantero centro blanquivioleta está feliz del transcurso de la temporada. «Por ahora todo va bien. Somos segundos y queremos subir». Y ve a su equipo preparado incluso para hacerlo como líder, sin aludir al Almería. «No pienso en nombres. Sólo en ser primeros y subir de esta forma».
El nueve albivioleta no cree que pueda haber exceso de confianza por la racha de triunfos consecutivos. «Después de las victorias siempre tienes confianza, pero hay que seguir igual. Estoy feliz con mi equipo, mi míster y con todos».
Weissman abunda sobre el entrenador. Reconoce que ha labrado una gran relación con Pacheta. «Me gusta mucho. Es muy buena persona y muy buen entrenador».
El atacante suma once goles en Liga. Una cifra que le permite aspirar a ser el pichichi de Segunda. Solo tiene por delante a Rubén Castro (12) y Stuani (15). «Quiero ser el máximo goleador, pero primero quiero subir». El ariete regatea con éxito cuando se le pregunta con cuántas dianas estaría satisfecho al final de la temporada. «Necesito más de estos once pero estoy muy feliz siendo segundo en la tabla».
Weiss prefiere no mojarse cuando le indican si se ve capaz de repetir sus actuales cifras goleadoras en la élite. «Primero vamos a subir y luego me preguntas», dice con una sonrisa de oreja a oreja.
Y piensa que cuando un árbitro se digne a señalar el punto de los once metros a favor del Real Valladolid, él será el encargado de lanzar el máximo castigo. «Creo que sí, pero primero necesitamos el penalti», comenta con sorna.
Su espíritu perfeccionista se comprueba con lo que ocurrió tras el partido frente a Burgos, en el que falló tres ocasiones de gol. «Después del partido no dormí. Para mí es muy difícil cuando acaba y no he marcado, pero estoy muy feliz por la victoria y la alegría de la afición».
Esta temporada ha sido compañero arriba de León, Cristo y Plano. Su forma de juego cambia pero está encantado con los tres. «Tenemos cuatro muy buenos delanteros. Estoy feliz con lo que decida el míster. Yo sólo quiero jugar».
Weissman es consciente de que el Real Valladolid marca pocos goles para las oportunidades que tiene en cada partido. «El camino está muy bien y la afición disfruta cada partido. No es fácil ir sólo 1-0 hasta el final pero ojalá que en los próximos partidos haya más goles y acabemos más tranquilos».
La opinión del jugador sobre la pausa liguera que deja sin fútbol (sólo la Copa) el próximo fin de semana, es imperdible. «Yo quiero jugar ayer. Y hoy, mañana y después. Pero es cosa de LaLiga».
Por último, el jugador nacido en Haifa reconoce que el reto del equipo reside en mostrarse tan firme fuera como en casa. Con aproximarse a domicilio a las cifras de Zorrilla, el ascenso estaría muy encaminado. «Quiero ganar todos. Necesitamos seguir fuera y en casa. Y ya está».