Diario de Valladolid

BALONCESTO / REAL VALLADOLID

El vecino borra al Pucela en su casa

El Palencia fue superior desde el inicio a un cuadro local sin defensa ni claridad en ataque

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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Quédese con el marcador, porque fue lo mejor de la tarde. La paliza al UEMC Real Valladolid no llegó porque el Palencia aflojó al final. El derbi vecinal de la LEB Oro quedó chuchurrío y pobretón ante la diferencia de potencial de ambos equipos. Palencia esta hecho, con posiciones perfectamente dobladas en la cancha. Apenas hay bajones, salga quien salga.

El Real Valladolid sigue en busca de una identidad, de un estilo de juego que no se encuentra con tardes como la de ayer. Falta de tensión competitiva, de capacidad defensiva y de velocidad en ataque forman un mal cóctel, que ya es pésimo si se le añaden los problemas en el aro propio para cerrar a Fall y Pavelka  y la espesura -no sólo por lentitud- de los ataques. Los locales parecían un grupo de jugadores reclutados para esa tarde.

La suerte del partido quedó marcada en el primer cuarto. Un parcial inicial de 7-17 con un Palencia eléctrico y un cuadro local sin pilas explicó el porqué del liderato invicto de los vecinos. 

El Real Valladolid se veía desde los primeros compases obligado a remontar. No lo consiguió nunca, aunque hizo en bastantes ocasiones la goma. La primera, al ponerse 14-17 gracias a cerrar mejor el rebote y el apoyo en Sergio y Pippen. Pero fue un espejismo. El juego coral del Palencia hacía daño por todos los flancos. Un parcial visitante de 0-8 volvió a romper a  los morados, que en ataque se les hizo de noche. Los fallos en la penetraciones y en la elección de tiro, sin acabar las jugadas con una opción clara, se sucedían. En especial con Raffington, con 1 de 8 en tiros de campo. 

Palencia logró máximas diferencia hasta los doce puntos del 29-41.  Aun así los blanquivioleta consiguieron rehacerse y se fueron al descanso con 35-43. 

La segunda parte comenzó movida y los ataque locales obligaron al Palencia a hacer demasiadas faltas, pero sin factura. El 39-53 a poco de comenzar el tercer cuarto, convertido en 48-63 al final del mismo, dejaba las cosas casi vistas para sentencia. Escasa defensa y aún menos ataque en los locales. El cuarto final registró la máxima diferencia (50-70) aunque el Valladolid, apuntalado por Geks, se puso 67-76. Había poco tiempo, pero seis puntos consecutivos de Chuso González mataron la esperanza.

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