Diario de Valladolid

BALONCESTO / LEB ORO

Enemigo por un día

El que fuera jugador del Fórum durante cuatro cursos, Carles Marco, vuelve a su ‘casa’ como técnico del Palencia / Una derrota y una victoria es su balance en el banquillo de sus visitas a Pisuerga

Carles Marco durante su etapa en el Forum.-E.M.

Carles Marco durante su etapa en el Forum.-E.M.

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Guillermo Sanz

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Las páginas de la obra magna de Pierre Choderlos de Laclos narraban cómo de peligrosas pueden ser las amistades. La realidad supera en ocasiones el pulso a la ficción y el título de la novela pasa de su lomo al parqué, donde el que fuera jugador del Fórum y ahora entrenador del próximo rival del Carramimbre Ciudad de Valladolid,Chocolates Trapa Palencia, Carles Marco, se viste con el traje de némesis para convertirse en enemigo por un día de Pisuerga.

Los cuatro años -de 1998 al 2002- que Carles pasó en Valladolid le convirtieron en una línea más en el índice de leyendas de la historia del baloncesto pucelano. La mano del base fue la batuta que guiaba una orquesta cuasiperfecta en la que tocaban nombres como Gordo Williams, Llorens, Caldwell, Miguel Ángel Reyes y el inolvidable Lalo García.

El catalán exprimió cada segundo en Pisuerga; una lanzadera que no sólo le sirvió para fichar por el Joventut de su Badalona natal, sino también para abrir la puerta de las visitas de la selección española, para la que le reclutó Javier Imbroda en 2001 para jugar dos partidos del Preeuropeo ante Dinamarca e Israel.

Han pasado 21 años desde que Carles Marcos vistiera por primera vez la casaca morada y el recuerdo sigue nítido en la cabeza del entrenador del Palencia. «Fueron cuatro años muy buenos. Fue lo mejor que me ha pasado. Mi primera experiencia en ACB en una ciudad que me acogió increíble», recuerda. El técnico rememora ese baloncesto espectáculo, del que disfrutaba público y jugadores, y repesca del baúl de los recuerdos momentos como el que puso contra las cuerdas al poderoso Barcelona en un partido con dos prórrogas que dejaron a los pucelanos sin billete para la Copa del Rey -aunque ese curso dejaron su firma en el playoff por el título-.

Fuera del Fórum, Marcos se convirtió en un enemigo íntimo sobre la pista, donde no conoció la derrota como visitante, y desde hace unos años desde el banquillo, donde la balanza está equilibrada en sus escalas en Valladolid: una derrota con Oviedo y una victoria con Palencia, el año pasado. «Ya había vuelto como jugador y es emocionante estar en este pabellón», confiesa.

El entrenador del Chocolates Trapa destaca también que esas mariposas del estómago son de colores más vivos cuando suenan tambores de derbi. «Con Oviedo ya tuve esa sensación, pero con Palencia es diferente. Los derbis se viven más. Hay más tensión, más nervios, más ganas... se palpa que son diferees», asegura Marco. «El año pasado ya vine y había un ambientazo y espero que se repita este. No me pilla de nuevo, después de tantos años en Pisuerga», asegura.

Carles Marco dejó un pequeño legado en Valladolid que no sólo se contabiliza en números. Mike Hansen, el Doc Javier Alonso, Pedro Mateu o Pepe Catalina -que fue su representan- siguen dentro de su círculo de amistades. «Seremos rivales por un día. El domingo iré a muerte con Palencia, pero luego les deseo lo mejor», declara el técnico del Chocolates Trapa, que firma ahora mismo «que Palencia acabe primero y Carramimbre segundo», bromea.

El entrenador catalán lleva por un camino firme a su Palencia, pero el destino pudo hacer que hiciera lo propio con el Carramimbre. Su nombre estuvo encima de la mesa del club pucelano como posible sustituto de Paco García. «Me enorgullece que pensaran en mí, pero acabó la temporada y renové pronto con Palencia. Hugo, además, lo está haciendo muy bien», afirma Marco, que lanza flores al entrenador del Carramimbre: «Sigo su carrera. Ha tenido muy buenos maestros y él mismo también se ha curtido. Es un reto enfrentarse a los mejores y Hugo lo es», concluye. 

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