Diario de Valladolid

Miedos espantados

El Recoletas Atlético se estrena en casa con un plácido triunfo ante un flojo Sinfín a pesar del desconcierto causado por el pésimo arbitraje

Nico López es frenado por la férrea defensa cántabra.-J.M. LOSTAU

Nico López es frenado por la férrea defensa cántabra.-J.M. LOSTAU

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Guillermo Velasco
Valladolid

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... Y el Recoletas dio un paso adelante para aparcar los miedos y las dudas provocados por su salida en falso en el debut liguero en Nava de la Asunción. Esa derrota inicial ante un recién ascendido metía casi sin querer la presión en el cuerpo al debutante Óscar Ollero, obligado a ganar ayer al conjunto cántabro para evitar que el globo se agrandara viendo sus dos inmediatos adversarios, Ademar y FC Barcelona.

Pero no hubo ocasión para convocar a los fantasmas entre otras cosas porque el Liberbank Sinfín fue una marioneta inofensiva en manos de los vallisoletanos. Basta decir que el conjunto de Rodrigo Reñones tardó la friolera de trece minutos para anotar su primer gol en el partido (Postigo). Mientras y amparado en un buen trabajo defensivo con Nico López y Roberto Turrado en el eje central y con el inspirado portero Carlos Calle como último eslabón de la cadena, el Recoletas puso de salida tierra de por medio con un 7-0 que no hacía sino enseñar el camino de una plácida victoria.

El Recoletas supo sobrevivir pese al desconcierto arbitral provocado por los colegiados Rodríguez Estevez y Rosendo López, impropios de una Liga como la Asobal, sin ningún criterio y pitando y sancionando de forma aleatoria. Así, pese a los minutos que jugaron los vallisoletanos en inferioridad en la primera mitad (5 exclusiones por solo una del férreo Liberbank Cantabria Sinfín), la diferencia no menguó. Los cántabros se precipitaron desperdiciando tres penaltis y fallando dos lanzamientos a portería vacía desde su campo. Ese respiro, con un Carlos Calle ejerciendo de flotador de su equipo, llevaron al Recoletas al descanso con una ventaja de seis goles que parecía definitiva (15-9).

En la segunda mitad el partido se embarró. El Sinfín, a la desesperada, optó por acelerar el ritmo con el central Ander Torriko de ejecutor con seis goles entre líneas. Sus fintas crearon numerosos problemas a la defensa vallisoletana y su empujo solo pudo ser frenado con un tiempo muerto solicitado por Óscar Ollero cuando se situaron a tres goles de distancia (25-22) con poco más de seis minutos para jugar. Camino abrió la puerta de la tranquilidad y Calle cerró la de las dudas para firmar la primera victoria de la temporada en un partido sin grandes alardes pero roto de salida por la pájara (con tanto cruce largo innecesario) del Sinfín.

El empuje de Adrián y Víctor Rodríguez entre líneas, la finura de Dani Pérez desde el extremo y el despertar en el lanzamiento de Rubén Río equilibraron la desconexión con un pivote convertido en invisible pese a sus 208 centímetros.

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