Diario de Valladolid

TIRO CON ARCO

Un blanco casi imposible

Los cambios en los criterios federativos y los resultados de España apagan el sueño de Álvaro Simó de competir en Tokio / El arquero se proclamó campeón nacional por equipos

El arquero vallisoletano Álvaro Simó carga su arco frente a una diana.-PABLO REQUEJO

El arquero vallisoletano Álvaro Simó carga su arco frente a una diana.-PABLO REQUEJO

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Guillermo Sanz

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El sol naciente apenas es un débil rayo para Álvaro Simó. La distancia entre Valladolid y Tokio, donde dentro de un año se encenderá la llama olímpica, se mide en años luz para él. Hacer blanco entre los aros olímpicos, un sueño vivo hace meses, es ahora una utopía para el arquero, al que los resultados de la selección española en las citas clave y un cambio en los criterios federativos han lanzado tierra sobre su trabajo.

El integrante de Arcolid se proclamó hace pocos días en Ávila campeón de España por equipos junto a sus compañeros de Castilla y León Pablo Acha y Carlos Iglesias (wu tercer oro nacional en los últimos tres años); una alegría amarga sabiendo que Tokio es un blanco casi imposible. Su nombre estaba en la terna de posibles olímpicos. Internacional con España, entre los cinco mejores arqueros nacionales durante todo el ciclo olímpico y cosechando resultados como el noveno puesto en el GP de Rumanía y la Copa Internacional de Turquía no son argumentos suficientes para sellar su pasaporte en el aeropuerto de Tokio. Simó se ha encontrado en el camino dos pedruscos imposibles de saltar.

En el primer campo, España no tuvo puntería ni en el Campeonato del Mundo de Holanda ni en los Juegos Europeos de Minsk. Dos citas marcadas en rojo en las que la selección sólo pudo conseguir una plaza como individual para Tokio; un billete aún sin nombre que Álvaro Simó sabe que no llevará el suyo: «Mis opciones son pocas», confiesa.

El arquero sabe que ya no tiene que medir su arco sólo con sus rivales directos, también con unos criterios que le eliminan antes de tiempo. La Federación Española ha puesto como condiciones otorgar esas plazas por decisión técnica (obviando lo empírico del tiro con arco) y estar interno en el CAR de Madrid durante cinco meses, algo que entiende incompatible con su trabajo como fisioterapeuta en su clínica Fisap. Al enterarse de la notica, el arquero se topó con un muro de hielo: «La gente que no estamos en el CAR bajamos un poco los brazos porque sabemos lo que va a pasar. Si ya de por sí es difícil, ahora mismo se ha puesto casi imposible. Nosotros pensábamos que el equipo (España tiene pocas, pero sí alguna opción de clasificarse para Tokio 2020 por equipos, algo que ya consiguió en Pekín y Londres) lo formarían los tres mejores, sin ningún as en la manga», declara.

Simó entiende que concentrarse en el CAR «es inviable para compaginar la vida deportiva con la profesional», más en un deporte como el tiro con arco, y asegura que «no hace falta estar en el CAR para rendir bien. En 2017, 2018 y 2019 ya ha habido gente que no está en la Blume y se ha clasificado para la selección (un equipo que lo designan los resultados en los trials clasificatorios)»; una situación en la que se encuentran arqueros como Miguel Alvariño y Antonio Fernández, ambos olímpicos en Río 2016. Según Álvaro Simó, esta medida federativa responde a la intención de «intentar proteger o beneficiar a los que están en el CAR o meter a los que ellos quieran».

La decisión de la Federación ha supuesto «un palo duro» para el vallisoletano, que ha firmado una brillante temporada y le han quitado la línea de meta en el sprint final. «No es sólo el sacrificio de esta temporada, lo es de todo el ciclo olímpico, en el que he compaginado el trabajo con el deporte de alto nivel. Encontrarte con estos impedimentos es un palo», remarca. Una circunstancia que puede dar un golpe de timón a su trayectoria: «Cuando leí los criterios pensé en tomármelo de otra manera, bajar el listón o incluso dejarlo, pero es verdad que el tiro con arco es un deporte muy longevo. Quizás en 2024... Tendrán que pasar un tiempo y ver si cambian los criterios, porque si no sería darnos contra una pared».

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