Diario de Valladolid

El día mágico del Pucela

Hoy se cumplen 35 años de la consecución de la Copa de la Liga, único trofeo absoluto del equipo, y 30 de la final de Copa del Rey perdida contra el Real Madrid / Luis Minguela, único blanquivioleta presente en las dos citas históricas

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Arturo Alvarado
Valladolid

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Junio es un mes especial para el Real Valladolid, y no sólo porque fuese fundado el día 20 del sexto mes de 1928. Junio marca el final de la temporada y también de muchas competiciones, antes de que la Primera División acelerase hasta mayo para dejar fechas libres de cara a Europeos y Mundiales.

El Pucela celebró casi todos sus ascensos, incluido el del año pasado, en junio. Pero también albergó este mes citas de mayor calado. Como las dos que hoy, 30 de junio, cumplen su 35º y 30º aniversario, respectivamente: la consecución de la Copa de la Liga, único trofeo absoluto que luce el Real Valladolid en sus escondidas vitrinas; y la final de la Copa del Rey perdida contra el Real Madrid.

El único jugador albivioleta presente en ambas citas fue Luis Minguela, centrocampista canterano que llegó a ser internacional absoluto y que narra para este diario sus impresiones de dos partidos históricos para el club pucelano.

«Las eliminatorias de Copa de la Liga se disputaban a doble partido, incluida la final. En la ida empatamos a cero en el Vicente Calderón contra todo pronóstico, y eso nos dio mucha moral para el partido de vuelta», comenta.

El Real Valladolid se había reconstruido de la mano de Fernando Redondo, que relevó en el banquillo a García Traid tras la jornada 27 de Liga. El equipo no sólo salvó la categoría sino que llegó como una moto a la Copa de la Liga, que se jugaba después. La final llegó tras eliminar a Zaragoza, Sevilla y Betis.

«En el partido de vuelta ante el Atlético en Zorrilla salimos a por todas. Acabamos tan bien la Liga que estábamos llenos de energía. Aun así ellos eran un equipo muy difícil. Tenían a Votava, Hugo Sánchez, Rubio y Landáburu, canterano del Valladolid. Atrás estaba Arteche, que imponía mucho».

Sin embargo Minguela no recuerda al conjunto colchonero como un rival duro, pese a su fama. «Para encuentro duro, el de semifinales contra el Deportivo. El Atlético fue muy competitivo y el partido, muy disputado. Por eso costó mucho marcar».

Fue tan difícil que los goles llegaron en la prórroga. Un 3-0 abierto con el autogol de Votava en el minuto 98 y coronado por los tantos de los dos blanquivioleta que salieron de refresco: Fortes y el propio Minguela. Redondo formó aquel día con Fenoy; Aracil, Gail, García Navajas, Richard; Jorge, Moré, Eusebio, López; Yáñez y Da Silva.

«Recuerdo que me llegó el balón de un pase de la muerte. Yo me desmarqué, entré al segundo palo y empujé el balón a gol. La defensa atlética estaba pendiente del tiro del compañero y pude marcar».

Minguela no olvida la cara de Luis Aragonés, míster atlético. «Estaba desencajado. No quiso saludar a nadie. Creo que contaba con el trofeo y no se esperaba este desenlace. Lo de ‘ganar y ganar’ lo decía por algo».

Un lustro exacto después, Minguela jugó la final de la Copa del Rey. Era la segunda del equipo... y su segunda derrota, tras perder en la prórroga contra el Athletic Club la de la temporada 49-50.

El inolvidable Vicente Cantatore formó ese día en el Calderón con Ravnic; Miljius, Albesa, Gonzalo, Lemos; Fernando Hierro, Damián, Minguela, Albis, Jankovic; y Peña.

«El partido quedó marcado por el gol de Gordillo en el minuto 5. Jugamos mucho mejor que el Real Madrid pero no tuvimos suerte de cara a portería. Recuerdo que Peña tuvo algunas ocasiones pero el balón no quiso entrar. No es por usar el tópico, pero tuvimos muy mala suerte».

Enfrente estaban jugadores como Sanchis, Míchel, Schuster, Martín Vázquez, Butragueño o Hugo Sánchez. El mexicano es el otro jugador que coincidió con Minguela en las dos finales.

«Era un Madrid que ganaba todo, y le hicimos sufrir. Estoy seguro de que, si empatamos, ganamos ese partido porque fuimos a más hasta el final. Aquí nos recibieron como si hubiésemos vencido».

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