¡Salvados!

¡¡Pucela de Primera!! El Valladolid seguirá compitiendo junto a los mejores equipos de la Liga española. No será necesario esperar hasta la última jornada. La hazaña quedó certificada ayer en Vallecas. El Valladolid logró el milagro después de sufrir durante muchos minutos la presión del rival, algo que se ha repetido jornada tras jornada.

No podía ser de otra manera. El Valladolid estuvo salvado desde el minuto 5 al transformar Ünal un claro penalti cometido sobre Guardiola, mantuvo el tipo y la salvación durante gran parte del encuentro y mostró la garra que se precisa en las grandes citas para recuperarse del sopapo que supuso el gol de Medrán en el minuto 72. En ese instante, la permanencia debía esperar una jornada más.

La mala noticia que acababa de producirse en Vallecas se agravó todavía más cuando marcó el Girona el segundo gol, aunque finalmente no subió al marcador tras revisar el VAR. Fueron minutos eternos. Los aficionados del Pucela que viajaron a Vallecas estaban más pendientes del transistor que de lo que ocurría sobre el césped. Un posible segundo gol del Girona metía al Valladolid en zona de descenso y la angustia era insoportable. Pero de la incertidumbre se pasó al júbilo en un suspiro. El árbitro no dio validez al gol del Girona y casi a renglón seguido Guardiola marcaba el 1-2 en Vallecas. El Valladolid volvía a estar salvado tras haber superado los peores momentos del partido que le estaba enfrentando al Rayo.

La velocidad que imprimían los jugadores locales a sus acciones de ataque y la presión que ejercían para recuperar el balón ponían de manifiesto que el Rayo buscaba los tres puntos pese a estar descendido. Si alguien pensó que el rival del Valladolid iba a pasearse sobre el césped estaba muy equivocado. El Rayo quiso despedirse bien de su afición y vendió cara la derrota.

El milagro de la pasada temporada vivió ayer el segundo capítulo. El Valladolid aprovechó la primera ocasión que se le presentó para lograr la permanencia y lo hizo pese a tener el presupuesto más bajo de Primera División y afrontar la Liga con la inmensa mayoría de los jugadores que consiguieron el salto de categoría, futbolistas que en algunos casos han vivido su estreno en Primera División.

El partido de Vallecas comenzó con un Valladolid intenso y ambicioso que salió al campo en busca del triunfo para no estar pendiente de otros marcadores. El temprano 0-1 facilitó las cosas. Guardiola fue cazado cuando se presentaba solo ante Dimitrievski y Ünal transformó la pena máxima.

El Valladolid buscó un nuevo gol, mientras el Rayo también mostraba sus armas ofensivas con un juego rápido por las bandas en busca de Raúl de Tomás. El balón estaba en las dos áreas y el partido era por momentos un correcalles. Míchel fue agarrado en la frontal del área sin que el árbitro castigase la infracción y De Tomás daba el primer aviso con un remate alto tras plantarse ante Masip.

El empuje del Rayo metió al Valladolid un paso atrás. Había que mantener la ventaja por encima de todo y el conservadurismo visitante provocó la avalancha del Rayo, con jugadores que se multiplicaban para mantener la batalla en el centro del campo y reforzar a los atacantes. Un cabezazo de Catena pasó rozando el poste y a punto estuvo de significar el empate en un momento en el que el Valladolid no pasaba del centro del campo.

El gol de Medrán fue un mazazo. Masip se quedó en la portería y el centrocampista cabeceó a placer tras adelantarse a Nacho. Era el minuto 72 y comenzaba otro partido. La única esperanza en ese momento estaba en Montilivi, donde Girona y Levante empataban.

Pero el Valladolid no quería depender de nadie y trató de hacer su trabajo sin esperar carambolas. El gol del Rayo despertó a los hombres de Sergio y sólo siete minutos después Guardiola marcó el gol de la salvación. Salvó el marcaje de dos jugadores del Rayo y mandó el balón al fondo de las mallas. El subidón que supuso el 1-.2 llegó acompañado por un notición procedente de Gerona. El Levante marcaba también se segundo gol y el 1-2 dejaba al Valladolid a salvo. Los jugadores celebraron la permanencia con la misma euforia que vivieron la pasada temporada al lograr el ascenso. No es para menos.