Diario de Valladolid
Publicado por
Redacción de Valladolid
Valladolid

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Los árbitros parecen empeñados en dar constantemente la razón a quienes piensan que son la antítesis de Robin Hood y roban a los pobres para dárselo a los ricos. La tecnología sólo ha servido para aumentar la bolsa. Lupa para los pobres, filtro negro para los pudientes. Y si ni así vale, digo a mediodía que es de noche. Y a tragar.

Si el Valladolid va ganando 1-0, como el martes, se para el partido tras una jugada en su área en el minuto 96 para ver si hay algo. Nada. Mala suerte. Que siga el juego tres minutos y medio más allá de lo normal, en una segunda parte con cambios pero sin interrupciones.

El de ayer fue un partido muy áspero para el tercer presupuesto de la Liga, a distancia sideral del cuarto. El Atlético va de outsider, pero cuenta con el entrenador mejor pagado del mundo, el segundo futbolista mejor pagado del mundo y el mejor portero del mundo, con el permiso este año de Stegen.

Pero ni así. Un buen Pucela ordenado y firme, pese a contar con el menor presupuesto de la categoría, se le había atravesado. Hasta que Saúl centra un balón, Griezmann empuja a Joaquín, lo desestabiliza, éste pierde la orientación y se marca un autogol. Ni VAR ni leches. Todo OK, Velasco Carballo.

El partido sigue y el Real Valladolid no le pierde la cara. Crea muchos problemas al segundo clasificado. Plano remata de cabeza en el área y el balón da en Arias. Arias. El hombre que tiene bula ante el Pucela. El VAR se comió su penalti en Zorrilla y lo volvió a hacer en el Wanda, con el agravante esta vez de que lo vieron Álvarez Izquierdo con sus ayudantes en Las Rozas, y Melero de nuevo en la tele a pie de campo. ¿Cómo puede alguien no ver lo evidente? Todo OK, Velasco.

Normalmente, si desde el VAR mandan al compañero que está en el césped que vea las imágenes, es para rectificar. Pero eso va según los presupuestos. Puede ocurrir ante el Éibar pero nunca ante los grandes.

Y así es como un posible 0-1 se convierte en un real 1-0. Un partido que el Pucela nunca debió perder ni por juego ni por méritos. Oblak tuvo que hacer cuatro paradas. Masip, una.

Esta temporada el juego del Real Valladolid ha sido irregular, lastrado por su falta de dinero y por ende de una plantilla más fuerte. Pero si se va a Segunda, el responsable principal serán el VAR, por acción y omisión. No la máquina, sino quienes la controlan. La diferencia entre un villano y un supervillano son los superpoderes que da la tecnología.

Mientras, el club continúa con la línea blanda del corderito asustado y calla. En esto. Porque quien más interés debe tener en la estabilidad deportiva, es el que abre la caja de Pandora con la posible marcha de Zorrilla, ¡dos días! antes de este partido y con el equipo jugándose la vida. Quien es sumiso con los árbitros busca la guerra con el Ayuntamiento.

Los intereses con que se llega al mundo del fútbol son variados. Unos pueden gastar el dinero en plantillas más potentes y otros en patrimonio. Lo primero es una incógnita de cara a una ulterior venta. Lo segundo, no.

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