‘Hara-kiri’ de Hayes

«El jugador norteamericano Bradley Hayes ha puesto fin a su vinculación con el Carramimbre CBC Valladolid. De forma unilateral, el interior estadounidense ha decidido abandonar la disciplina carmesí a pesar de que aún no ha concluido la temporada». Este es el breve comunicado en el que el club presidido por Mike Hansen comunicaba a primera hora de la tarde de ayer el adiós de su ‘center’ americano. La cuerda terminó rompiéndose como era de esperar. El más que evidente divorcio entre el entrenador Paco García con el jugador americano hizo que los acontecimientos se precipitaran de esta inusual manera, rompiendo el contrato de forma unilateral.

El jugador americano, que llegó como ‘cinco’ titular indiscutible, fue perdiendo minutos con el transcurso de la temporada hasta quedar casi como una mera figura decorativa en beneficio de su compañero Aboubacar, un jugador con mucho menos talento pero con mayor implicación, deseo y capacidad de sufrimiento.

La salida del equipo de Hayes llueva sobre mojado. Era algo que debía haber pasado por petición del entrenador debido a su mal comportamiento y sobre todo a su actitud pasiva. Como desveló este periódico en su día el divorcio era tal entre jugador y entrenador que durante un entrenamiento ambos casi llegan a las manos. El club optó por dar carpetazo al asunto pese a la insistencia de Paco García que tenía un sustituto en cartera. Pero la economía de guerra del club primó sobre el mal ambiente generado por el jugador negando el prometido refuerzo antes del cierre del mercado a finales del pasado mes de febrero y ‘la bomba’ terminó por explotar ayer con el cese voluntario por parte del jugador.

Atrás en el recuerdo quedan grabadas las declaraciones de Paco García contra su jugador, primero en un claro intento de conseguir su despertar y luego ya, con la guerra perdida, en una imposibilidad de conseguir una mínima convivencia, castigándole al ostracismo en el banquillo. Las últimas declaraciones del siempre efervescente entrenador del Carramimbre tras el partido ante Oviedo hablan por sí solas y no hacen si no echar más leña al fuego dejando la situación imposible de reconducir. «Hayes va a pasar a la historia del club como Phantomas. Le llevamos esperando desde septiembre. Hay veces que le tengo que poner a ver si nos da algo. Y... no nos da nada. Que desidia. Es una pena. Solo me pregunto que habría sido de este equipo con otro pívot», asevera.

El adiós o fuga de Hayes deja al equipo cojo, con un solo ‘cinco’ en el peor momento de la temporada.