Diario de Valladolid

FÚTBOL

Victoria de platino

El filial blanquivioleta suma su tercer triunfo consecutivo como local, llega a los 42 puntos y deja casi certificada la permanencia (1-0) / Gran partido de Miguel y gol del central Mario

El delantero blanquivioleta Miguel intenta llevarse un balón por alto ante un rival del Celta B.-M. Á. SANTOS

El delantero blanquivioleta Miguel intenta llevarse un balón por alto ante un rival del Celta B.-M. Á. SANTOS

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A. A. / VALLADOLID
Valladolid

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- Miguel, ¿una victoria de oro?

-No, de platino.

La respuesta del entrenador blanquivioleta pone en valor lo hecho por el filial, que dejó la salvación casi vista para sentencia después de ganar al Celta B con la baja de Apa, hoy en la convocatoria del primer equipo; las de titularísimos como El Hacen, Kike y Zalazar, sancionados; y jugadores renqueantes por problemas físicos.

Pese a estos condicionantes, sumados a la pérdida definitiva de Waldo, el Promesas ganó. Mario cabeceó cruzado hacia abajo una falta botada por Alberto tres minutos después del descanso.

Un gol que valió un triunfo sin un fútbol alegre ni vistoso, pero con tremenda eficacia envuelta en cierta dosis de conservadurismo peligroso, por lo exiguo de la ventaja. Aun así, el Valladolid B entendió mejor que su rival lo que pedía una tarde de fuerte viento, el peor enemigo del torero y también del futbolista. No era día de espectaculares cambios de juego de banda a banda ni de envíos aéreos en profundidad en la media parte en que Eolo bufaba en contra. El escenario pedía rasear el juego y huir de envíos comprometidos. Los de Rivera no siempre lo lograron pero sí mucho más que su oponente, inofensivo hasta los últimos instantes a partir de tres cuartos de cancha, con excesivos balones perdidos por las bandas que impedían culminar sus jugadas.

El encuentro contó con una historia escueta de la que sobresalió, pidiendo un capítulo aparte, Miguel. El tudelano por fin apunta al delantero que podía ser y no al que los aires juventinos invitaron a perder el camino, como si los pajaritos bianconeri se hubiesen comido las miguitas de su camino hacia la profesionalidad, remedando el cuento de Pulgarcito.

El punta por fin ha trazado su trayectoria con piedras y crece a ojos vista. Interpretó lo que necesitaba el partido, en cuanto a aceleración y pausa, mejor que nadie.

Suya fue la primera ocasión local de la tarde: un tiro blocado por Villar. Y la segunda y última de esta mitad, por medio de una jugada individual culminada con un disparo con poco ángulo. El meta rechazó el balón.

Muchas caras conocidas en el Celta B: el cuerpo técnico, con Rubén Albés al frente, y los jugadores Rai, Iban Salvador y Dani Vega. El primer susto vigués fue de éste, pero su tiro fue despejado por Guille, ayer titular en la meta.

La segunda parte nació prácticamente con el gol, gestado por una falta provocada por el siempre polémico Salvador. Los castellanos fueron retrocediendo y llegó la gran ocasión celeste. Guille realizó una parada prodigiosa a una mano, evitando un gol cantado de Apeh. La jugada continuó y Salisu evitó el gol casi en la raya.

Costa tuvo la última en el tiempo añadido pero ayer la eficacia vistió de blanco y violeta, colores de un equipo que seguirá bañado en bronce durante la próxima temporada 19-20. O en platino.

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