Diario de Valladolid

Crisis de identidad

David Pisonero sigue sin encontrar la tecla para solventar el gran problema que tiene el Recoletas Atlético en sus partidos en Huerta del Rey en la presente temporada

David Pisonero.-J. M. LOSTAU

David Pisonero.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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¿Miedo escénico? ¿Crisis de identidad? Lo cierto es que el Recoletas Atlético Valladolid sigue tropezando en la misma piedra. De poco o más bien de nada parece haber servido el largo parón ocasionado por las vacaciones navideñas y la celebración del Mundial. El conjunto de Pisonero no ha arreglado ni mucho menos los problemas que tiene y encuentra en sus partidos como local. El sábado, en el primer partido de la segunda vuelta, volvió a tropezar en casa. Otros dos puntos que vuelan de forma incomprensible, esta vez a manos de un Liberbank Cuenca que no sólo se vengó de la derrota encajada en el primer partido liguero (34-35) sino que fue además de ganar el golaverage particular con los vallisoletanos. El 25-29 que se registró en Huerta del Rey no refleja la inferioridad de un Recoletas autopresionado falto de carácter y demasiado blando.

David Pisonero no encuentra la tecla y corre el peligro de convertirse en una costumbre perder puntos en casa. Con el descenso lejos, muy lejos, de momento tras las nuevas derrotas del Teucro ( a ocho puntos de distancia) y el Alcobendas (a nueve), el Recoletas parece dejarse llevar, todo un peligro de cara no solo a esa masa social que intenta potenciar y hacer crecer su presidente MarioArranz, sino también para captar nuevos patronos y sobre todo asegurar de cara a la campaña que viene los que actualmente tiene atados.

Pisonero mostraba su desconcierto tras caer ante un Liberbank Cuenca muy superior. «Fuera de casa ofrecemos otro nivel. No sé si será algo mental, pero lo cierto es que el equipo no se encuentra cómodo, se deja llevar por la ansiedad y cae en la precipitación». Palabras que no hacen si no descubrir la impotencia de un equipo que ha perdido una de sus máximas virtudes como era hacer de Huerta del Rey un fortín casi inexpugnable.

Cuenca solo ahondó en una herida ya abierta que comienza a preocupar. Cerró su defensa sobre el pivote Serdio, jugó ataques largos y lentos y solo tuvo que aprovecharse de los errores de su rival. Menos mal que el colchón con el que cuenta es cómodo aunque si ese es su objetivo, la simple salvación, el problema se agrava.

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