Cinco puntos menos

Ninguna queja es igual. Existen las mentirosas, propagadas por quienes encima son beneficiados. También están las victimistas. No hay motivo para el lamento, pero éste se produce por si hay algo que rascar. Luego están las fundadas: existen motivos de sobra para sentirse agraviado, de forma que se clama para evitarlo.

Por último tenemos al Real Valladolid, que inaugura un nuevo epígrafe en esta gradación: es quien cuenta con más motivos de queja, pero se calla. Por estoicismo, masoquismo o inmolación, Zorrilla permanece muda en su zona de cuellos blancos tras los reiterados ataques arbitrales sufridos por inacción o con ese arma de destrucción selectiva llamada VAR. No por su esencia, sino por quienes son incapaces de controlarla o prefieren hacerlo de forma torticera.

Sólo el director deportivo, Miguel Ángel Gómez, se apartó de la línea blanda propugnada por el presidente Ronaldo Nazário y seguida obedientemente por el consejero Carlos Suárez, que nunca protestó o al menos pidió explicaciones en público cuando ocupaba el cargo del brasileño.

Gómez adjuntó el lunes en su queja pública en Instagram, considerando un fracaso la utilización del VAR, una clasificación elaborada por el estudioso del fútbol Fernando Pindado de cómo quedaría la Primera División sin los errores de este nuevo sistema de videoarbitraje, que no sólo incumple su función, sino que sirve para todo lo contrario: sembrar de errores el césped. ¿Adivina cuál es el equipo más perjudicado?

Bingo: el Real Valladolid. El conjunto de Sergio debería llevar 5 puntos más de los 22 actuales. En la nueva clasificación, descontando los errores del VAR, luciría 27 puntos, lo que le permitiría pasar, en una tabla limpia de malas interpretaciones desde la pantalla, del actual decimosexto puesto nada menos que al noveno. Y la zona de descenso se alejaría de los 2 actuales a los 9 puntos.

Las cifras ponen los pelos de punta. El VAR ha revisado 24 jugadas del Real Valladolid pero sólo ha intervenido en 11. Y de las 11, se ha equivocado en 4. En 13 de esas 24 jugadas revisadas debió intervenir, pero no lo hizo. Por lo tanto el VAR erró en el 59% de las acciones que visionó.

Si las cifras de intervención y revisión dejan claro el agravio, peor es el porcentaje de juicios emitidos. El VAR ha perjudicado al Pucela en 19 de las 24 jugadas revisadas en sus 20 partidos de Liga (79%), beneficiándole sólo en 5 (21%).

Pese a la gran diferencia de porcentual, los juicios podían haber sido justos. La realidad desmonta esta teoría. El conjunto de Sergio se ha visto beneficiado incorrectamente en 2 ocasiones y le han perjudicado incorrectamente en 15. Son 5 puntos menos. Suficientes para romper una permanencia.