Demasiado castigo

Griezmann sentenció a un gran Real Valladolid que se quedó sin premio tras la reacción que había protagonizado en el segundo tiempo. El fútbol fue injusto con el Valladolid. Se retiró al descanso con un 0-2 que era demasiado premio para el Atlético y equilibró después el partido en seis minutos. Volvió a mostrar la imagen de equipo compacto y trabajador y le buscó las cosquillas al equipo de Simeone, incómodo sobre el césped de Zorrilla tras encajar dos goles que le complicaban muchísimo el partido.

La segunda derrota consecutiva del Valladolid en Zorrilla no se parece en nada a la anterior. El Leganés fue entonces justo vencedor en un encuentro en el que superó a un rival desdibujado pero el guión de ayer fue totalmente distinto. El Valladolid tuvo más tiempo el balón y lo supo mover con velocidad y criterio, apoyado por Keko y Nacho, veloces por sus bandas y letales en sus centros al área. Además, el Valladolid tiró de casta para igualar un partido que se le puso cuesta arriba y durante muchos minutos encerró en el área al Atlético. Pero el 2-2, que hacía justicia a lo que se estaba viendo, se transformó en el definitivo 2-3 en el minuto 79 al culminar Griezmann una jugada embarullada dentro del área en la que ningún jugador del Valladolid fue capaz de alejar el balón de un puntapié tras un córner.

Sentenció uno de los mejores futbolistas del mundo. Ahí radica la grandeza de este deporte. Durante muchos minutos, los jornaleros del Valladolid dejaron al descubierto las lagunas de los millonarios del Atlético en el centro del campo y en la defensa. El partido se encaminaba hacia un empate que a los blanquivioleta les sabía a oro hasta que Griezmann batió a Masip.

En el primer tiempo, el Atlético aprovechó uno de los pocos despistes del Valladolid para establecer el 0-1 tras un buen pase al hueco de Griezmann a Kalinic que resolvió con acierto ante la salida de Masip. El gol no arrugó a los blanquivioleta, volcados sobre el área del Atlético con un imparable Nacho que en un minuto asistió a Óscar Plano y a Ünal con dos centros medidos. La volea del primero se marchó por encima del larguero y el remate del segundo salió ajustado al poste. El Atlético mandaba en el marcador pero el Valladolid dominaba sobre el terreno de juego. Si parecía injusto el 0-1, el mazazo fue mayor en el minuto 45. Undiano Mallenco consultó una jugada a instancias del VAR y señaló penalti por mano de Kiko Olivas tras un lanzamiento de Griezmann que había desviado Masip. Desde el punto de penalti el francés fue letal. El 0-2 pesaba como una losa.

El Valladolid se desmelenó en el segundo tiempo. Volvió a tener el balón, creó multitud de problemas al Atlético cada vez que llegaba al área y dio un primer aviso con un cabezazo de Ünal, demasiado flojo, tras un centro preciso de Keko. Sufría mucho el Atlético y en sólo seis minutos perdió su jugosa renta en dos acciones que nacieron a balón parado en sendos córners. En el primero, Calero cabeceó el lanzamiento de Míchel y en el segundo, Ünal se tiró al suelo para cabecear tras el centro de Keko y el balón acabó en la red tras pegar en Saúl en su intento por alejarlo de la portería. Era el minuto 62 y el semblante de los jugadores dio un giro radical. Se veía exultantes a los jugadores del Valladolid y hundidos a los del Atlético.

Cuando mejor estaba el Valladolid volvió a aparecer Griezmann, el gran protagonista. Ya no quedaba apenas tiempo y las protestas de los jugadores cayeron en saco roto al pedir a Undiano que juzgase en el VAR un posible penalti de Arias.