Diario de Valladolid

VILLARREAL-REAL VALLADOLID (ANÁLISIS)

La cláusula del miedo y el VAR

El Valladolid sabe sobreponerse, a base de valentía, al veto del Villarreal a Ünal con un gol del también cedido pero perdonado Leo Suárez / Masip, héroe en el videoarbitraje y Nacho, víctima

Masip es felicitado por sus compañeros tras detener el penalti a Gerad Moreno.-PHOTO-DEPORTE

Masip es felicitado por sus compañeros tras detener el penalti a Gerad Moreno.-PHOTO-DEPORTE

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo. Y ayer el Villarreal no supo medir ni cuantificar sus miedos ante el heroico (porque no tiene otro nombre) Real Valladolid. De salida, el conjunto de Sergio González se vio privado de su delantero titular, el turco Ünal, cedido por el Villarreal que en su contrato de cesión añadía la ya famosa ‘cláusula del miedo’ para que su jugador no ejerciera de verdugo.

Pero el destino quiso ayer que el otro jugador cedido por el ‘submarino amarillo’ al conjunto blanquivioleta, el argentino Leo Suárez, sin un peligro inventado para justificar su miedo (sin cláusula de veto), fuera a la postre el que desequilibró el partido. Un latigazo suyo de volea tras controlar con el pecho un centro de Moyano, acabó en las redes de Sergio Asenjo. 0-1. Gol y acto reflejo a continuación a cargo del centrocampista, que rehusó en celebrarlo pidiendo perdón a la grada.

El Villarreal se ahogaba en su propio veneno. Su joven jugador de 22 años cedido le sacaba los colores ante un Real Valladolid que hace tan solo dos jornadas era el farolillo rojo de la clasificación. Pero este mundo está hecho para los valientes y Sergio González volvió a demostrar que la palabra miedo no tiene cabida en su vocabulario. Y como prueba basta el botón de hacer oídos sordos a las bajas de su delantero titular y de Óscar Plano, uno de los jugadores más en forma del equipo en este tramo inicial la temporada. Lejos de acobardarse optó por un equipo fiel a su estilo, de sacar el balón jugado, de no perder el orden defensivo y de esperar el momento. El Valladolid ayer, de nuevo muy bien plantado en el terreno de juego, con una firmeza defensiva brutal y sobre todo con una sensación de corporativismo dentro del equipo digna de encomio, fue capaz de volver a sumar lejos de Zorrilla. Cuatro salidas cuatro pescas fructíferas.

Lejos de perder su identidad, el Valladolid, pese al baldío acoso del Villarreal a su portería en el tramo final del partido en un claro y desesperado todo o nada, y perder claramente la posesión de la pelota (61% frente al 39%), no renunció nunca a la victoria buscando el gol. Cop y Suárez pusieron a prueba a Asenjo en la primera mitad. Y en la segunda en una clara prueba de su autoconfianza, no dudó en ir a por el 0-2 en el periodo de prolongación logrando un gol por mediación de Nacho, sin duda uno de los mejores del partido junto a Masip, que fue invalidado por presunto fuera de juego y que ni siquiera dio oportunidad al videoarbitraje.

El Valladolid fue valiente y tuvo en su portero, de nuevo, en un valioso aliado para pescar lejos de Zorrilla. Masip se convirtió en pesadilla para el delantero del Villarreal Gerard Moreno, que se estrelló una y otra vez contra él. Ni siquiera el panalti en contra rearbitrado con el VAR (se había pitado córner) por mano de Kiko Olivas en un gesto antinatural, puso nervioso al Real Valladolid y a un Masip en estado de gracia. El ex tercer portero del Barça, volvió a añadir más galones a su chaqueta al detener el lanzamiento de Gerard Moreno evitando el empate.

Una vez espantado el miedo o más bien el respeto de jugar en Primera el Valladolid sigue caminando con paso firme al son que pide la batuta del renovado Sergio González, que ve como los teóricos suplentes aprovechan su oportunidad.

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