Diario de Valladolid

LIGA ASOBAL

Gente sin complejos

Un Recoletas Atlético excelso durante muchos minutos logra sacar una valiosa victoria en su debut en Cuenca / La defensa 5-1, el faro de Diego Camino y la determinación de Serrano, claves

Diego Camino penetra entre líneas y provoca penalti ante la férrea defensa de Mendoza y Montoro.-PHOTO-DEPORTE

Diego Camino penetra entre líneas y provoca penalti ante la férrea defensa de Mendoza y Montoro.-PHOTO-DEPORTE

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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El sorbo incompleto de la final de Copa de Castilla y León ante el Ademar de León sirvió para vaticinar la transformación de un Recoletas Atlético Valladolid que, por fin, parece haberse quitado las ataduras que le han debilitado hasta la mínima expresión cada vez que jugaba fuera de casa en la Liga Asobal. En su tercera aventura en la máxima categoría, el equipo magistralmente conducido por un David Pisonero que crece a pasos agigantados, logró salir airoso en su primer envite lejos de casa. Lo hizo en una cancha etiquetada, la de El Sergal de Cuenca, como una de las más complicadas, por la presión que allí se vive, y ante un rival, con nada menos que siete extranjeros en sus filas, llamado a ser una de las alternativas al Ademar, Granollers y Logroño como primer escudero del intocable FC Barcelona.

¿Quién dijo miedo a jugar fuera de casa? Este Recoletas parece otro equipo muy distinto al de los inicios de las dos campañas anteriores. ¿Qué ha cambiado? Quizás la confianza en sí mismo y en un entrenador que ha sabido no solo poner a cada uno en su sitio, sin regalos, sin cambios prefijados de antemano, sino que también apuesta por un estilo propio. Y es que la recuperación para la causa de la defensa 5-1, esa que tantos y tantos éxitos otorgó al propio Pisonero cuando era jugador en el extinto y... recordado (nunca olvidado) BM Valladolid de Juan Carlos Pastor, fue ayer en Cuenca, en el primer envite de la temporada 2018-2019, un arma mortífera para aplacar y hacer frente a la poderosa y mortífera primera línea del Liberbank Ciudad Encantada.

El Recoletas Atlético Valladolid mandó de principio a fin. Y lo hizo durante muchos minutos con un trabajo excelso, eso sí, con momentos de sufrimiento, como ha sucedido siempre, aunque a diferencia del pasado reciente, en esta ocasión con una capacidad de levantarse ante un parcial, con la capacidad de volver al partido cuando llega los momentos de desconexión. Ocurrió en la Copa ante el poderoso Ademar y volvió a ocurrir ayer ante un Ciudad Encantada al que supo mantener a raya en todo momento.

David Pisonero supo mover a sus piezas sobre el tablero de El Sergal con una maestría tremenda. Primero otorgando el faro del partido a Diego Camino, ayer convertido en una fuente inagotable de generar opciones de ataque. Segundo, volviendo a apostar por la defensa como principio del todo con Miguel Camino de avanzado y sacrificando en ataque a un zurdo con el potencial de Rubén Río para apostar y confiar en el diestro Roberto Pérez, firme en defensa y letal en el juego de entre líneas y en las continuidades hacia el extremo Serrano, todo un filón por explotar y que sin el tapón de Fernando Hernández está llamado (si la cabeza se lo permite) a labrar un futuro más que prometedor.

Así, el Recoletas se movió como pez en el agua. Gente sin complejos, gente que confía en el grupo y en un sistema que irá progresando y mejorando con el paso del tiempo. El sello de Pisonero ya se vio ayer ante un rival, que pese a su empeño de dar la vuelta al marcador, se quedó en blanco ante el trabajo defensivo de los vallisoletanos, todo un dolor de cabeza para los Montoro, Dutra y Alves.

El conjunto vallisoletano supo aguantar las embestidas de su rival en los últimos minutos de la primera mitad y sobre todo de la segunda, donde el 30-34 a poco más de cuatro minutos para el final parecía ya una sentencia. Nada más lejos de la realidad porque la presión de la cancha con el Ciudad Encantada apostado en una defensa abierta cegando el faro del partido (Diego Camino) convirtió los últimos minutos en un infierno quedando el Recoletas al borde de un ataque de nervios. Ni siquiera un tiempo muerto de Pisonero a dos minutos para el final sirvió para serenar un partido desbocado que puso acabar en empate pero gracias a un robo de balón de Adrián Fernández en los últimos segundos evitó perder un punto. Esa capacidad para sufrir sin ser vencido y el festejo final del equipo al término del partido hicieron olvidar los problemas para ganar las superioridades y esas desconexiones, por otra parte lógicas a estas alturas de temporada (33-34).

PISONERO «Es solo el fruto del trabajo»

David Pisonero se mostró satisfecho del paso al frente logrado por su equipo. «El objetivo era sumar antes del partido del Barça y ya lo hemos logrado. Es solo el fruto del trabajo. Los chicos han estado fantásticos, con un juego como queríamos, rápido, sin muchas fisuras, con transiciones rápidas, y lo hemos mantenido todo el partido, con el desgaste que eso supone. El arreón final del Liberbank tenía que llegar, es un equipo de mucha calidad como para dejarse morir así. Hemos sabido gestionar los tiempos, y todo el sistema defensivo que nos da iniciativa y goles fáciles, con continuidad».

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