Diario de Valladolid

Una mala jornada

Aitor Fernández encaja tres goles en dos acciones a balón parado y en un mano a mano que condenan al Numancia a una derrota claridad

Aitor Fernández, abatido durante en el partido de ayer en Los Pajaritos.-L. A.TEJEDOR

Aitor Fernández, abatido durante en el partido de ayer en Los Pajaritos.-L. A.TEJEDOR

Publicado por
LUIS HERNÁNDEZ CASADO / SORIA
Valladolid

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Capaz de casi resolver lo imposible, Aitor Fernández ayer no alivió los males del Numancia. Tres goles encajados, dos en jugadas a balón parado y otro más en un mano a mano con pocas opciones de salir airoso. En las áreas se definen los partidos. Territorio de los goleadores, pero hábitat también de los porteros. Aitor Fernández se maneja de categoría en ese espacio y lo ha demostrado a lo largo de toda la temporada, sin embargo ayer no pudo ayudar a evitar la derrota. Portero de los que transmite seguridad a la defensa, ganada a pulso por sus actuaciones. El equipo cuenta con ese plus. Un añadido que tranquiliza a la línea que se ubica por delante del área y que trasciende a todo el grupo. La defensa no solo depende de ese conjunto de jugadores, todos participan y son conscientes de que el último eslabón de la cadena no es de los de fallar. Son sabedores que por detrás se encuentra un compañero que ha dado muchos puntos o ha permitido no perderlos. Sobrio en sus intervenciones, valiente a la hora de tomar decisiones en las salidas, ayer también ofreció alguna muestra hasta para despejar con la cabeza, para desatascar acciones de peligro y con un buen manejo del balón con ambas piernas, Aitor Fernández se ha consolidado en la portería del Numancia por encima de Munir Mohand, ahora en el Mundial con Marruecos, pero suplente del guipuzcoano durante todo el campeonato liguero.

La culminación de su destacada temporada llegó en la anterior eliminatoria durante el enfrentamiento con el Zaragoza cuando evitó con varias acciones, más de una en jugadas mano a mano, que el contrario se pusiera por delante y complicara mucho el pase a la siguiente ronda, la que protagoniza ahora ante el Valladolid. El partido de La Romareda le encumbró y así lo entendieron sus compañeros, que le reconocieron como el detonante de la reacción para superar la serie y seguir adelante en el camino por el ascenso.

Durante el encuentro con el Valladolid, Aitor se ha vuelto a manejar con el mismo criterio con el que ha actuado a lo largo de toda la temporada. Desde su posición de cierre de la defensa, ha mandado con fuerza a sus jugadores en las acciones de ataque del rival, les ha ordenado, ha templado el juego y ha buscado rápidas salidas del balón para las transiciones de los delanteros hacia los dominios del portero rival. Con varias intervenciones, ha intentado frenar las acometidas de uno de los rivales más reconocidos de la categoría, Mata. Sin embargo, en un cabezazo de Kiko Olivas, solo ante el guardameta, en una falta lanzada por Hervías que no toca ningún rival y termina por despistar a Aitor y en un mano a mano con Plano, ha pasado de héroe a batido.

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