Diario de Valladolid

Bajón en el campo y en la grada

El Sporting ha experimentado un cambio radical en el tramo final de la temporada / Los aficionados ya no muestran ante el playoff el optimismo de jornadas anteriores

Publicado por
Javier Álamo
Valladolid

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En la misma semana que el Valladolid destituyó a Luis César, en Gijón se respiraba un optimismo extraordinario. El Sporting había encontrado el premio a su buen juego y veía la Liga desde lo más alto de la clasificación. Había tres candidatos para luchar por las dos plazas de ascenso directo, Sporting, Rayo y Huesca, y los seguidores asturianos concedían una tremenda importancia también al cambio en el estado anímico de los jugadores. El Sporting de Rubén Baraja no se parecía en nada al de Paco Herrera. El renovado Sporting mandaba con autoridad en los partidos y tenía oficio para matarlos cada vez que se adelantaba en el marcador.

Pero la Liga dio un giro inesperado, al menos para el Sporting. Mientras el Rayo dominaba los partidos con solvencia y el Huesca mostraba de nuevo su mejor versión al recuperar Rubi a los lesionados, el Sporting daba una de cal y otra de arena. En ataque no veía puerta con tanta facilidad y en defensa ya no era ese equipo infranqueable y consistente.

El Sporting ha vivido de las rentas para lograr el pase al playoff. Ha aprovechado los continuos tropiezos de Cádiz, Oviedo, Osasuna y Granada para garantizar el tercer o cuarto puesto que por ahora le sirve para disputar en casa el partido de vuelta pero los últimos resultados han encendido todas las alarmas en Gijón. Los pupilos de Baraja han caído derrotados en los tres últimos desplazamientos (Zaragoza, Tenerife y Córdoba) y en El Molinón sumaron tres puntos de seis posibles: perdieron frente al Barcelona B y derrotaron al Granada. En ambos casos no pudieron dejar su portería a cero y eso añadió más dudas, sobre todo tras el duelo con el filial azulgrana, que les metió tres goles.

Llegan los partidos decisivos de la temporada y a la calidad y la preparación física de los futbolistas hay que añadirles otro aspecto igual de importante como es el estado anímico. La diferencia en este sentido entre Valladolid y Sporting es abismal: los de Sergio González mandan en los partidos y los de Rubén Baraja sufren demasiado con balón y sin él.

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