FÚTBOL / REAL VALLADOLID-OSASUNA (CRÓNICA)
Matrícula de honor
El Real Valladolid rubrica ante Osasuna su espectacular remontada y disputará el playoff de ascenso

Kiko Olivas, Hervías y Borja, ayer durante el partido con la afición mostrando banderas y bufandas al fondo de la imagen.-J.M. LOSTAU
Apoteosis en Zorrilla. El sueño del ascenso a Primera está cada vez más cerca. El Real Valladolid rubricó ante Osasuna su espectacular remontada en un brillante final de Liga y se mete en el playoff como como uno de los grandes favoritos para acompañar al Rayo y al Huesca a la Liga de las Estrellas.
El camino se había allanado muchísimo en las jornadas anteriores y el Valladolid logró su gran objetivo de afrontar la última jornada dependiendo de sí mismo. Lo tenía todo a favor y contaba para ello con el apoyo de su afición. Finalmente no hubo lleno pero los más de 22.000 espectadores que acudieron en la tarde-noche de ayer a Zorrilla fueron como un jugador más. Llega el playoff con un Valladolid muy reforzado, un Zaragoza que también está en un buen momento, un Numancia que aprovechó la derrota del Cádiz para engancharse y un Sporting venido a menos que ayer cayó goleado en Córdoba y deja escapar el tercer puesto.
La explosión de júbilo llegó al estadio Zorrilla en el minuto 31. Hervías mandó el balón cerca de la escuadra y Manu Herrera hizo la estatua. El portero de Osasuna se quedó clavado y cuando vio volar el balón no tuvo tiempo para lanzarse a su derecha. El extremo blanquivioleta aprovechó de este modo una falta cometida por Fran Mérida para frenar la internada de Toni Villa. Era el primer lanzamiento a puerta del Valladolid y ese gol le metía en el playoff, en el que no había estado en ningún momento de la jornada ya que tras el inicio se encontaba fuera del quinto y del sexto puesto al tener peor golaverage que Cádiz y Osasuna.
El Valladolid llevó la iniciativa en todo momento y logró que los jugadores de Osasuna estuvieran encerrados en su área. Míchel y Borja abrieron el juego a las bandas, donde Hervías y Nacho buscaron acciones individuales y centros al área. No estaba resultando fácil abrir el cerrojo visitante, los defensas de Osasuna estaban muy aplicados en el marcaje a Mata y también tapaban las incursiones de Óscar Plano y Toni Villa. Ambos resultaron fundamentales en la presión que ejercieron cuando Osasuna intentaba sacar el balón de su área. Esa intensidad en busca del balón obligó a Osasuna a realizar envíos largos que daban paso a pérdidas de balón. El juego del Valladolid fue mejorando a medida que avanzaba el partido y había otra buena noticia y es que Osasuna apenas llegaba al área y Masip no tenía trabajo.
El gol de Hervías dio un tremendo impulso al Valladolid, que con el marcador a favor mejoró todavía más su juego. El extremo pudo ampliar su cuenta goleadora antes del descanso al lanzar otra falta que en esta ocasión desvió Manu Herrera.
El guión del segundo tiempo iba a ser muy claro. Osasuna debía acometer su plan B en busca del gol del empate y se topó con un sólido Valladolid, con ese equipo que ha mejorado de forma notable en el trabajo de contención y que ya no concede tantas ocasiones. El Valladolid dio un paso atrás obligado por el empuje de los rojillos pero no dio apenas opciones a un rival que se jugó casi todas sus bazas en el juego aéreo. Xisco pudo empatar tras un cabezazo que salió fuera por poco en el minuto 49. Fue la ocasión más clara de Osasuna.
El Valladolid nadaba y guardaba la ropa y esperaba su rapidez en el contraataque para sentenciar. El premio a su trabajo llegó en el minuto 62 al transformar Mata un penalti que le había hecho Lillo al agarrarle por la cabeza para evitar su remate. La jugada tuvo doble premio ya que al defensa de Osasuna le costó la segunda tarjeta amarilla, y en consecuencia la expulsión. Con 2-0 a favor, el rival con 10 jugadores y el estadio Zorrilla convertido en una olla a presión, el camino hacia el playoff estaba cada vez más cerca.
En la media hora final el partido se volvió loco. Osasuna jugó a la desesperada y sólo tuvo una ocasión que desbarató Masip. Si los rojillos no se llevaron cuatro o cinco goles fue por el nulo acierto de los blanquivioleta en sus llegadas al área. Los fallos en los pases y remates privaron a los aficionados de celebrar el triunfo con una goleada.
EL SPORTING, PRIMER RIVAL
La ida será el jueves en Zorrilla y la vuelta el domingo en El Molinón. Sporting y Valladolid se verán las caras. La ida, el jueves en Zorrilla y la vuelta, el domingo en El Molinón, ambos a las 20.30. Los abonados podrán comprar dos entradas, cada una al precio de 10 euros.