Derrota con caramelo

Pocas veces una derrota tuvo un sabor tan dulce como la de ayer. El Carramimbre no tuvo opciones para imponerse al filial del Barça, conjunto que se presentó en Pisuerga un día antes del partido con la necesidad para huir de ese furgón de cola que lleva a la pérdida de los galones LEB-Oro.

Una derrota sin ninguna discusión (73-87) que en otro contexto podría incluso escocer por el simple hecho que el rival de los vallisoletanos se encontraba situado en los últimos puestos de la tabla clasificatoria acuciado por ese descenso que quema y que tras los resultados de la jornada de ayer, sigue quemando a falta de una jornada para el final de la Liga regular. Pero afortunadamente el Carramimbre, que como dijo ayer su entrenador al término del encuentro, muy posiblemente no tuvo el respeto que debía a un rival imberbe pero de una calidad técnica y física incuestionable, jugaba en otras dos canchas a demás de la del Pisuerga. A los vallisoletanos, si pinchaban, como terminó ocurriendo, les valía con que Ourense no ganara al también necesitado Palma y que Araberri también fallara en su duelo ante Melilla. Y los astros se alinearon en favor de las ‘ardillas’ dado que tanto los vitorianos como los gallegos no fueron capaces, presionados por la situación, de sacar sus partidos adelante (63-76 y 90-66).

De ese modo la derrota ante el FC Barcelona, por una vez, no escoció aunque a buen seguro servirá a su entrenador para sacar conclusiones de cara a su próxima puesta en escena en la primera ronda de los playoffs de ascenso al mejor de cinco partidos muy posiblemente ante Prat tras su triunfo ayer frente a Manresa.

El Carramimbre quedó marcado ayer ya en el primer cuarto. Un primer periodo en el que despreció la defensa encomendándose a un inspirado Gantt (autor de los 10 primeros puntos del equipo sin fallo) en un encuentro loco provocado por la aceleración impuesta por el Barça de Julbe. Un equipo imprevisible que juega a arreones pero bien trabajado en la línea de un conjunto de cantera y más del corte de Alfred Julbe, con situaciones tácticas difíciles por no decir imposibles de llevar en cuanto a disciplina y sacrificio se refiere con un equipo senior. Pero la extrema juventud de ese Barça que acarrea en muchos jugadores miradas desde la NBA (ayer Kurucs era observado y examinado desde la grada por el que fuera director deportivo del CB Valladolid, Eduardo Pascual, ahora en tareas de ojeador para los Minesota de la NBA) ayuda a derribar muchas barreras.

El 20-21 del minuto 5 lo decía y también lo explicaba todo. El Carramimbre puso aguantar hasta que su mirilla se torció, momento en el que el Barça cogió una renta de diez puntos en el inicio del tercer cuarto, que resultó definitiva. Porque el ‘correcalles’ en que se convirtió el partido benefició sin lugar a dudas al equipo novel y así a triples también destrozó la última carta de Paco García con una defensa zonal sin hechuras en busca de una remontada imposible(73-87).