Diario de Valladolid

FÚTBOL / GRANADA-REAL VALLADOLID (ANÁLISIS)

Un tiempo a la basura

Patética imagen de los blanquivioleta en una primera parte en la que no comparecieron / Fracaso del experimento con Gianniotas / Ontiveros sólo disputó la última media hora / Error colosal de Antoñito en el único gol del partido

Óscar Plano, junto a Mata, se lamenta de una ocasión desaprovechada.-PHOTO-DEPORTE

Óscar Plano, junto a Mata, se lamenta de una ocasión desaprovechada.-PHOTO-DEPORTE

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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Si admitimos que los encuentros de fútbol cuentan con cierta semejanza a las partidas de ajedrez, la iniciativa fue ayer de las blancas, que jugaban en casa. Pero no sólo eso. El Granada jugaba con las piezas habituales del juego de escaques, mientras que el Real Valladolid aprovechaba que el tablero era el mismo para hacerlo a las damas. Todo era más simple, más paleolítico, más previsible.

Luis César sorprendió con el recambio de Borja. Casi todos esperábamos a Ontiveros, pero quien compareció fue Gianniotas, el jugador que nunca pierde una oportunidad de perder una oportunidad. El griego se agota y agota en malabares y amagos de desmarques inocuos. Trabaja, pero sin rédito. Su valor reside en salir de banquillo, como ha demostrado siempre.

Ayer jugó por ambas bandas sin éxito. Como Hervías. Ambos estuvieron bien cubiertos. El medio campo se quebró de nuevo, partiendo al equipo en dos, y Plano se incrustaba al lado de Mata, hasta que se dio cuenta de que debía bajar a buscar el balón y, de paso, no hacer el equipo tan largo.

Atrás las cosas no funcionaron mejor. De nuevo hubo huecos entre la zaga y el mediocentro. Oltra, con la lección aprendida del partido en Zorrilla, provocó las circulaciones por esa zona de tres cuartos, abriendo a las bandas para aumentar los espacios. Los pucelanos eran incapaces de sacar el balón, perpertrando una primera parte infame, sin tirar a puerta. Antoñito se comió el gol en un fallo de marca imperdonable, cuando reculaba siguiendo a un delantero que ya estaba con Olivas, cuando Machís entraba solo por su banda.

En la segunda mitad los blanquivioleta por fin decidieron entrar al partido. Llevaron el peso del juego, pero ya desde la angustia, no desde la creatividad. Sus atacantes estaban bien sujetos (Mata apenas la olió) y el Granada tejió una malla en la medular en la que, cuando no roba, para el juego con faltas. Lo que lleva haciendo toda la Liga.

El deseado Ontiveros entró a falta de media hora. O fue cuestión táctica, o Luis César sólo le ve físicamente para esos minutos. Pero en caso de ir, por ejemplo, 3-0, habría que preguntarse qué pintaba el bueno jugando minutos estériles y si no hubiese sido mejor sacarlo de inicio hasta que no pudiese más.

El Real Valladolid pudo ponerse ayer cuarto, aunque fuese temporalmente. Como Gianniotas, perdió su enésima oportunidad.

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