Sequía de goles

Los suplentes del Valladolid tampoco están afinados, ni en finalizar las jugadas de ataque ni en chutar bien a puerta. Buena parte del guión del partido disputado anoche frente al Leganés fue similar al que vimos el sábado en Cádiz, sobre todo en la segunda parte. El Valladolid tuvo el balón y llegó con claridad al área pero falló en la ejecución. Mayoral tuvo en sus botas la posibilidad de forzar la prórroga. Poco después de sustituir a Cotán estrelló el balón en el travesaño, cinco minutos después lo lanzó junto al poste derecho de Champagne desaprovechando así la mejor ocasión del partido y a renglón seguido el meta desvió su tercer remate en menos de diez minutos.

El Valladolid tiene un serio problema. La sequía goleadora de la Liga se extiende a la Copa, de la que se despidió anoche en Butarque. En el torneo de la regularidad juegan los titulares; en el del K.O., los suplentes, pero ni unos ni otros están atinados cuando llega el momento de finalizar los ataques o contraataques. Ya conocen la famosa frase que utilizan entrenadores y directivos: «Tenemos el balón y creamos ocasiones pero de nada sirve si no entra la pelota».

No sirve de excusa que el Valladolid jugó ayer con los suplentes porque el Leganés también reservó a su equipo titular para el próximo duelo liguero. En los onces iniciales de ambos equipos sólo repitió un jugador de los que actuaron el pasado fin de semana contra Cádiz y Celta respectivamente.

El Valladolid sufrió en la primera parte. Varias imprecisiones de Sulayman propiciaron ocasiones para el Leganés y otro fallo clamoroso de la defensa estuvo a punto de costar el primer gol. El Valladolid era incapaz de frenar el juego del Leganés y el balón estaba de continuo cerca del área. Becerra evitó el 1-0 con una buena mano al desviar un remate en boca de gol. La insistencia del Leganés encontró su recompensa en el minuto 33 en una acción a balón parado. Esta vez sí falló el trabajo de contención. Rubén García mandó el balón al área al lanzar una falta y Tito lo peinó al fondo de las mallas tras adelantarse a todos.

La reacción del Valladolid no tuvo fruto. Los centros al área en busca de Villalibre no eran precisos y el delantero se veía obligado a correr más, mientras los centrales del Leganés tenían tiempo de sobra para ajustar las marcas.

El comienzo de la segunda parte fue un calco del partido de Cádiz. El Leganés dio un paso atrás y el Valladolid tuvo el balón y las ocasiones. La primera, con un lanzamiento de Hervías que Champagne desvió por encima del larguero. La posesión del Valladolid, y la velocidad en el juego, se incrementaron con la entrada al campo de Iban Salvador y Mayoral. El delantero del Promesas pudo dar un vuelco al partido en poco más de cinco minutos. Primero remató a la escuadra con Champagne batido, poco después le faltó precisión para culminar una excelente triangulación que nació en el centro del campo y lo intentó de nuevo en una tercera ocasión pero su remate fue desviado por el meta local.

La última media hora fue del Valladolid, mientras Becerra veía el partido como si fuera un espectador más y con el balón muy lejos de su portería. Con Toni en el césped, el dominio fue incluso mayor. El Leganés no daba ni tres toques seguidos ante la insistencia del Valladolid. Mayoral, que revolucionó el partido, se ofreció cada vez que sus compañeros rompían la línea de medios local pero se quedó sin el premio del gol tras una buena actuación en los poco más de 25 minutos que disputó.