Diario de Valladolid

FÚTBOL / REAL VALLADOLID-OVIEDO (ANÁLISIS Y JUGADORES)

Adiós al ‘jogo bonito’

El miedo a perder acecha al Valladolid más práctico pero menos vistoso de la temporada

Jaime Mata se queja de un penalti que el colegiado Eiriz Mata no señalizó.-J.M. LOSTAU

Jaime Mata se queja de un penalti que el colegiado Eiriz Mata no señalizó.-J.M. LOSTAU

Publicado por
J. I. Fernández

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«Si la cosa sigue así, en vez de meter a seis tíos por delante del balón, meteré tres. Jugaremos peor, pero ganaremos». Dicho y hecho. Adiós juego bonito. Bienvenida efectividad. En esta ocasión el Real Valladolid hizo el partido más feo, sin ideas pero efectivo de la temporada. Sin tácticas suicidas, sin errores infantiles en defensa pero sin divertir al graderío. Lo importante es que los tres puntos se quedaron en Zorrilla. La diversión llegó con el pitido del colegiado.

Era un partido para ganar, la soga de cinco encuentros sin sumar de tres en tres apretaba demasiado el cuello de un Real Valladolid que salió al campo con otra actitud.

La obsesión de no encajar en los primeros minutos agarrotó a los blanquivioleta que con el gol tempranero de Deivid se tranquilizaron más. Se vio a la zaga más contundente, sin querer sacar el balón tan controlado como en anteriores partidos y sin problemas a la hora de despejar con contundencia. El puntapié del central lo cambió todo. El equipo blanquivioleta dejó de ser el de las 14 anteriores jornadas. No tuvo problemas en cederle el balón al Oviedo y en apostar por el contragolpe, una herramienta tan amada por Luis César, y que por unas circunstancias u otras, no se ha podido explotar. Y ayer tampoco.

La posesión fue del equipo de Anquela, 42% contra 58%, pero fue estéril porque no crearon ni una sola ocasión de gol. Basta con decir que el primer disparo a puerta llegó pasado el minuto 80. Por su parte, en esta ocasión se vio la versión más práctica del Pucela que, con tres ocasiones claras de gol, sumó tres goles. Tras este partido, el entrenador gallego ha podido comprobar que a veces el equipo tiene que adecuarse al rival y no empeñarse en un sistema de juego que hasta el momento ha permitido ser el equipo más goleado de la categoría pero también el segundo que más encaja. Y para no faltar a la costumbre, se volvió a vivir del balón parado por partida doble.

El técnico blanquvioleta dio continuidad al once de Gijón salvo la salida cantada de Ibán Salvador por Óscar Plano. Y línea por línea el equipo estuvo práctico, sin vistosidad, pero con el disfraz que en anteriores ocasiones se pusieron sus rivales. Borja volvió a ser el eje central en el centro del campo y llamó la atención el poco protagonismo de Toni.

Al ‘César lo que es del César’, nunca mejor dicho, los cambios otorgaron un plus, sobre todo la entrada de Míchel, que ya es el segundo máximo goleador del equipo. Un partido que servirá para comprobar cómo evoluciona el sistema de un equipo que ayer olvidó su carácter de ‘gallito’ para convertirse en una tortuga agazapada.

Míchel: «Prefiero ser más efectivo que hacer buen fútbol»

Cinco jornadas sin ganar son demasiadas como para pensar en hacer un buen juego. Eso es lo que pensó el vestuario blanquivioleta que se convirtió en más resultadista que nunca.

Míchel, autor de un tanto y de la asistencia para Mata, lo tuvo claro. «Prefiero ser más efectivo en un partido que hacer buen fútbol. Al final lo que quedan son las victorias y los puntos». El valenciano no encuentra ningún problema en hacer goles a balón parado, ya que «es un arma muy potente en Segunda y la tenemos que aprovechar».

Por su parte, Pablo Hervías siguió en la misma línea y no dudó en afirmar que el Oviedo «ha sido mejor, pero nos llevamos los tres puntos y estamos muy contentos por el resultado». y afirmó que pese a la sustitución en el minuto 64, él se vio bien.

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