El plan B entra en juego

Hay ocasiones en las que jugar al escondite con el once supone un ejercicio estéril. Para Luis César la Copa es territorio en el que aposentar a sus jugadores con menos minutos y nunca va a cambiar de opinión. Aunque llegue a la final. Por eso el entrenamiento de ayer fue a puerta abierta y el míster no tuvo reparo en mostrar los once naipes con que abrirá la partida en los dieciseisavos de final, frente al Leganés.

La alineación de esta tarde-noche será la formada por Becerra en la portería; Moyano, Guitián, Calero y Nacho en defensa; Sulayman y Marcos como mediocentros; Gianniotas y Hervías en los extremos; Cotán de mediapunta y Villalibre como delantero centro.

«Sí. Ésa es. Somos una plantilla y estamos todos para hacernos ver. Para acumular partidos, minutos y méritos», desveló el míster, que concede a la Copa la condición de revulsivo y plataforma para jugar en la Liga, como le ocurrió a Ángel. «Es totalmente así, está claro. Tengo un par de entuertos para Reus y a lo mejor me los resuelve mañana el equipo que juegue».

Los jugadores que menos minutos tienen, deben mostrar hambre para entrar. «Los futbolistas tienen que competir. En el caso de los que están fuera, deben acumular méritos para entrar en el campo. En el de los que están dentro, deben acumular deméritos para salir».

El técnico también hace sus cuentas. «Es un rival de Primera que está haciendo una buena campaña. Lo idílico sería ganar el partido sin encajar gol y luego marcar allí, para ponérselo mucho más complicado. Tendremos dificultades importantes pero estamos ilusionados en hacer un buen partido y marcarle gol. Si tengo que empatar, que sea a cero. Así en Leganés me valdrían todos los empates. Y de los tres resultados posibles, pasaría con dos: ganar y empatar».

La opinión del gallego sobre el rival es inmejorable. «Defiende muy bien, contragolpea con voracidad y, si acabase la Liga, sería el mejor equipo de Primera, mirando presupuestos, gastos, jugadores y clasificación. Mucho mejor que Barcelona y Real Madrid».

Y lo ve muy trabajado. «Nunca se descompone, es muy vertical, muy profundo, está muy pocas veces desorganizado, mide muy bien los riesgos y lo está haciendo francamente bien».

Tácticamente Luis César no cambiará nada. «Haremos más o menos lo mismo, teniendo en cuenta que es un primera. No voy a variar absolutamente nada de la partitura del equipo. Vamos a intentar plasmar lo mismo de siempre con otros jugadores».

Y lo explica, continuando con el símil musical. «En un buen equipo, como en una buena banda, quites a quien quites y pongas a quien pongas, sean dos trompetas o dos saxofones, tienen que saber tocar la misma partitura que queremos para cada domingo. Tenemos que ser un equipo con unas señas de identidad y eso depende de que todos sepamos tocar lo que queremos cada partido. No podemos tocar un domingo rock and roll y otro un vals. Eso no me gusta».