«No vengo a jubilarme»

Dicen que no hay dos sin tres, y Borja Fernández, emulando el dicho, firmó el pasado mes de junio, contra todo pronóstico su tercera etapa en el Real Valladolid. Con 36 años, se siente «ilusionado» y reconoce que si está aquí es por «cabezonería» y porque «una dirección deportiva ha creído que daba con el perfil que buscaban». De ahí que no considere justas algunas críticas que dicen que el madrileño vuelve a Zorrilla para retirarse. «No me duele, no vengo a jubilarme, hice un gran año en el Almería y creo que eso me ha dado la oportunidad de estar aquí gracias a gente que confía en mí», insiste.

Borja recomienda mantener «los pies en los suelos» de cara al comienzo de temporada. «Hay que tener paciencia porque no se asciende en septiembre ni en enero. Aunque el ‘partido a partido’ se le atribuye a Simeone, eso existe desde hace muchos años y es la pura realidad», recuerda.

El centrocampista dice ser «nostálgico» pero tiene claro que no se puede vivir de épocas anteriores. «Cada momento es diferente y los jugadores también», apunta. Asegura que en Valladolid tuvo la suerte de convivir «en el mejor vestuario de toda su carrera», pero «probablemente también con el peor». De aquel equipo que ascendió de manera brillante con José Luis Mendilibar busca similitudes. «Había un grupo de veteranos y jóvenes con ganas de dar guerra, creo que ahora puede pasar lo mismo». Aunque insiste en no querer comparar «porque da lugar a error».

Luis César Sampedro le ha confiado una de las capitanías, tras Moyano, y por delante de Míchel y Deivid, algo que le motiva: «Supongo que es porque tengo más peso que cuando vine con 25 años y porque los compañeros me ven con experiencia». De momento su trato con el técnico gallego «es muy bueno» y destaca la cercanía. «Estás en el vestuario y te comenta cosas», desvela. El ex del Mallorca y Getafe es consciente de que una de las principales bazas para que un equipo cumpla sus objetivos es saber a lo qué juega en una categoría tan competitiva como es la Segunda División. En su opinión, eso ya se sabe, «desde el primer día lo tenemos en la cabeza. Ahora hay que llevarlo a cabo contra el Barcelona B el sábado», aventura.

En pretemporada se ha visto a un Borja con menos presencia en ataque que en anteriores etapas en Valladolid. Jugando entre los dos defensas e intentando sacar el balón con criterio. «No me importa dónde esté, creo que ya he jugado en todas las posiciones del centro del campo. Hago el trabajo que hace años hacía Álvaro Rubio cuando estaba conmigo en el pivote, la verdad es que por mis condiciones estoy cómodo».

Borja tiene claro que su recibimiento en Zorrilla «será bueno», aunque es consciente, y lo vive en primera persona en las redes sociales, que «no puede agradar a todo el mundo, aunque siempre hacen más ruido los que critican que los que halagan». Su regreso supone que se la haya tapado el hueco al canterano Anuar, pero el jugador madrileño tiene las cosas claras y le manda un mensaje. «Lo que hay que hacer es trabajar, trabajar y trabajar. Y seguro que las oportunidades vienen, como me ocurrió a mí cuando tenía 20 años y estaba en el Real Madrid. Cuando haces las cosas bien, todo tiene su resultado», recuerda.

Sin pelos en la lengua y con la experiencia de más de 300 partidos como futbolista profesional, Borja cree que hay que mencionar la palabra ‘ascenso’ desde el primer día, pues «el Real Valladolid siempre es favorito por peso e historia, pero siempre pensando que esto es muy largo y que hay que tener paciencia». Un mensaje de tranquilidad que quiere mandar a la grada. «Son 42 jornadas y si pierdes dos partidos consecutivos no te puedes venir abajo porque hay tiempo, y tampoco saltar de alegría porque ganes tres». Yconcluye recordando que el año pasado en Almería una gran segunda vuelta les permitió salvar la categoría cuando tras una nefasta primera todo apuntaba al descenso.