CICLISMO
Un Giro de demasiada 'volata'
El australiano Caleb Ewan vence al esprint en una prueba con guion muy simple
Otro esprint y más de lo mismo. Y difícilmente, este sábado cambiará el guion en otra etapa de un Giro demasiado simple en esta primera semana completa que, afortunadamente, se cerrará el domingo con la ascensión al Blockhaus. Todas las etapas son iguales, con un trazado que parece anclado en la prehistoria del ciclismo del siglo pasado.
A las figuras, llámense Nairo Quintana o Vincenzo Nibali, sobre el papel los dos principales aspirantes a la victoria final, ya les va bien. Ellos no quieren sobresaltos en jornadas como la de este viernes, con victoria al esprint del corredor australiano Caleb Ewan por delante de Fernando Gaviria, hasta ahora el más favorecido entre los más rápidos de esta ronda italiana del centenario.
A Quintana como a Nibali ya les va bien esta situación, al igual que a Mikel Landa, a Thibaut Pinot y a todos los que quieren destacar en la clasificación hasta Milán, una ruta que deberá desatascarse en las citas importantes que, por ahora y tras desperdiciarse el Etna, son todas. Ellos, Nibali, Quintana y compañía corren esta primera semana con el único objetivo de salvarla, de no verse salpicado por una caída o por un corte en el pelotón que les haga perder un tiempo que luego podrían necesitar en la montaña de verdad.
Así se corría en los clásicos trazados que presentaban las tres grandes carreras, sin excepción, el siglo pasado. Hasta que llegó la Vuelta y buscó la revolución --algunas veces criticada porque hay gustos para todo-- con jornadas más cortas y finales explosivos que, de hecho, no causaban un caos a la clasificación general pero que daban emoción a los kilómetros finales. El Tour, mucho más conservador, también ha experimentado con esta idea más moderna --por ejemplo este año-- aunque también es verdad que en el 2016 la primera semana de la ronda francesa dejó mucho que desear.
El Giro, quizá por el carácter italiano, siempre ha sido la prueba de las emboscadas --este sábado podría haber cierto peligro en los kilómetros finales-- pero para ello también han de querer los corredores, las figuras que apuestan por el conservadurismo pensando solo en las etapas que tienen supuestamente marcadas en rojo y donde no debe faltar la emoción y la pasión ciclista.
De la etapa de este viernes poco más que contar, porque no ocurrió absolutamente nada remarcable, como sucedió el miércoles y el jueves. El Giro debe mejorar porque tanto esprint seguido agota hasta para los que quieren disfrutar viendo este deporte y esta carrera por televisión.
Incluso ese nerviosismo que acompaña al Tour en las primeras etapas, cuando demasiados corredores buscan la posición en el esprint, unos para disputar la etapa y otros para no llevarse sobresaltos, parece estar alejado de la ruta italiana. Aquí todo es más tranquilo. Aquí parece que la 'volata', como denominan los 'tifosi' a los esprints, ya va bien para esta primera semana, siempre con Bob Jungels instalado en la primera plaza de la clasificación y con su equipo controlando lo poco que hay que controlar. A ver si todo cambia el domingo en la difícil ascensión al Blockhaus mucho más complicada que la del Etna.