Diario de Valladolid

CAZA

Vuelven los furtivos

Comienzan los primeros casos de furtivismo galguero de la temporada en los mejores cotos de la Comunidad / Los agentes denuncian que los galgos carecen del pertinente microchip

Un agente de Proysecam interviene en el reconocimiento a unos galgueros vallisoletanos.-LEONARDO DE LA FUENTE

Un agente de Proysecam interviene en el reconocimiento a unos galgueros vallisoletanos.-LEONARDO DE LA FUENTE

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Leonardo de la Fuente

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El próximo 12 de octubre se abrirá la temporada galguera en Castilla y León. Por primera vez, la campaña arrancará de forma conjunta para los galgueros inscritos en la Federación de galgos de Castilla y León, pero también para el resto de aficionados de la Comunidad. Los aficionados de postín cuentan los días para que llegue el inicio del desvede galguero, pero no todo el mundo hace lo mismo puesto que ya han sido denunciadas esta semana varios cazadores furtivos en la provincia de Valladolid por estar cazando con galgos en cotos en los que no son socios, ni cuentan con autorización para ello y además, para más inri, con galgos de dudosa procedencia y por supuesto sin ningún tipo de licencia de caza, ni autonómica ni interautonómica.

Esta misma semana en el coto vallisoletano de El Campillo, su guardería particular de campo interceptaba a cuatro recalcitrantes furtivos corriendo liebres en las horas de mayor calor del día y de forma impune, alegando estos furtivos en su manifestación ante la guardería: «Nosotros venimos a cazar aquí porque no viene nadie a cazar….».

DIARIO DE VALLADOLID-EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN ha tenido acceso a la denuncia de estos cuatro personajes, que ya fueron denunciados el año pasado en otras cuatro ocasiones. Los propios agentes que intervinieron en esta operación no salen de su asombro, puesto que manifiestan: «De forma totalmente vergonzosa y riéndose ante nuestras propias narices acuden día sí y día también y bien sea de día o de noche, a los mejores cotos lebreros de nuestra Comunidad para probar unos galgos que en el 90% de las veces no pueden acreditar su procedencia. Son galgos que carecen del pertinente microchip y que cuando les pides la documentación de los lebreles esta gente suele decir que se la han quedado en casa. El año pasado nosotros formulamos más de 30 denuncias por estas prácticas», dice uno de los agentes de la empresa de vigilancia de cotos Proysecam.

«Lo que sí que tenemos claro es que a estas personas les faltan años luz para podérseles catalogar como amantes de la caza con galgos. Además el daño que están haciendo a las liebres en los mejores acotados regionales es impresionante, ya que les da lo mismo correr una buena liebre que una gazapa, sin tener tampoco en cuenta lo que puede sufrir un galgo corriendo en unos terrenos que actualmente están durísimos. Su indolencia es tal que no tienen ningún reparo en soltar tres o cuatro galgos a una media liebre hasta que acaban con ella, eso sí, para mayor escarnio, en no pocas ocasiones estas hazañas quedan reflejadas a través de vídeos que ellos mismos graban y que posteriormente cuelgan en sus páginas de Facebook o en Youtube. Nosotros como miembros de una asociación de guardas de campo proponemos a los ayuntamientos donde actúan estos furtivos que colaboren con nosotros ya que en muchas ocasiones se trata de vendedores ambulantes que acuden a muchos pueblos galgueros, dejan allí a sus familiares en los puestos y ellos se van a cazar pues sabemos que algunos llevan sus galgos en los vehículos. Nosotros solicitamos que si se tiene constancia de alguien que realice estas prácticas que no se les conceda la autorización para la venta ambulante en estos pueblos en los que mezclar el trabajo con el furtivismo».

En este sentido, el presidente de la Federación de Galgos de Castilla y León, David Jiménez, es más tajante y manifestó a este periódico: «Estamos tratando y así se lo hemos hecho saber ya al consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que donde se pueda se intervengan los galgos con los que cazan de forma furtiva y sobre todo, pretendemos que los vehículos con los que se le sorprenda a esta gente cazando puedan ser intervenidos y requisados al considerársele como el auténtico arma de caza que emplean para sus correrías».

Desde la Federación se propuso el año pasado esta medida y en la Consejería al menos han recogido el guante pues según manifestó hace un par de semanas el propio consejero de Medio Ambiente se pretende aplicar esta medida a quienes infrinjan la normativa regional en materia de recolección de setas. «Si esta fórmula se extrapola al mundo de los galgos, sin duda sería definitivo para acabar con esta auténtica lacra que sufrimos en nuestros cotos», concluyó David Jiménez.

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