Diario de Valladolid

REAL VALLADOLID

Sigue la escalada

Los blanquivioleta no se resienten por las bajas y someten a un penoso Llagostera que no tiró entre los palos

Roger celebra su gol, primero del partido, con el característico gesto del pistolero.-J.M.LOSTAU

Roger celebra su gol, primero del partido, con el característico gesto del pistolero.-J.M.LOSTAU

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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Dignidad. Era lo único que se le exigía al Real Valladolid tras el fiasco ante el Huesca, hito negativo en su triste transcurrir en la temporada. La duda entonces era si los blanquivioleta habían tocado fondo o podían horadar aún más en su particular fosa de las Marianas.

Buena noticia: el equipo tiene dignidad. Ha sabido salir del manto negro de muerte que lo envolvía y ha recuperado la licitud de soñar con miras más altas. De soñar, no de tocarlas. Tras las victorias ante Oviedo y Llagostera la promoción está más cerca. El problema es la pila de equipos metidos en esa zona que se asemeja a la cola del Inem. En unas semanas se sabrá si la reacción ha llegado a tiempo.

La dignidad es un principio básico para competir, pero el fútbol no se alimenta de ella sino de lo que produce en forma táctica, física y técnica. Y la imagen del Real Valladolid ha mejorado, pasando de la pesadilla al sueño. Cierto que astures y catalanes no han sido rivales de excesiva enjundia, pero esto no debe empequeñecer los logros de los pucelanos, que juegan contra quien les toca.

Su historia de ayer frente al Llagostera fue un monólogo tan abusivo que los azulgrana no efectuaron un solo tiro a puerta pese a las siete bajas locales. Kepa trabajó para recoger centros o balones perdidos. La defensa de circunstancias, formada por Moyano en el lateral derecho, Chica en el izquierdo, y Samuel y Hermoso en los centrales, funcionó con precisión. Destacable el madrileño, que no sólo no desentonó sino que brilló en la zaga.

Pero el gran protagonista de la tarde fue Rennella. El franco-italiano se encontró el mejor caldo de cultivo para alentar su fútbol. Bajó a por el balón sin sentir agobio alguno de un centro del campo que el equipo gerundense convirtió en zona de tránsito, tanto en ataque como en defensa. La teórica presión asfixiante se quedó en un reparto de patadas y empujones a destiempo. Lo de los 2 puntos de 45 fuera no es por casualidad. Efectivamente, el Llagostera no era el Bayern.

Con Tiba y Rennella conectando con verticalidad, Roger a la expectativa abriendo huecos y Mojica percutiendo por la banda, pronto se vio que el partido, de no mediar debacle, tenía dueño. Las imprecisiones en los pases y una mano descarada que Piñeiro no quiso ver impidieron que el primer gol llegase antes. Lo hizo pasada la media hora, cuando un excelente centro de Mojica fue rematado en tackling con la suela de la bota por Roger, entrando desde atrás y rompiendo la lenta defensa en línea. Mojica, solo, mandó a las nubes poco antes del descanso un balón para el 2-0.

El Llagostera asustó nada más comenzar la segunda parte con un cabezazo fuera del desmarcado Oriol. Poco después llegó otro posible penalti. Villar fue desequilibrado en el área cuando preparaba el tiro. De nuevo Piñeiro miró la lluvia caer. Una tromba de agua que no dislocó el estado del césped. Más bien lo convirtió en rápido aliado del ataque albivioleta.

Tras un cabezazo de Juanjo, en la segunda y última aproximación rival a Kepa, el campo se colocó metafóricamente en pendiente hacia la portería llagosterense. Villar, torpón con el fuera de juego, perdió la ocasión de sumar dos muescas más a su cañón. No era su día, pues Escassi le sacó además un balón de la raya de gol.

La tarde estaba para Rennella, que tras ver cómo René le despejaba un balón raso y colocado, certificaba el 2-0 mediante un gol olímpico. Siempre hay que ponderar este tipo de dianas, pero el portero fue un amigo al ayudar a introducir el balón por el primer palo, aunque Villar amagó el remate. Casi todos los goles de córner directo entran por el segundo.

El tanto trajo la tranquilidad y ésta los mejores minutos de los locales, quienes ya no temían que una contra arruinase un partido completamente de cara. Rennella (siempre él) fue agarrado por detrás y tirado al suelo en el área. De nuevo nada de nada.

Rodri, que salió en lugar de Roger, dio chispa al ataque local. En las postrimerías del encuentro remató de espuela un centro de Villar; el balón, que iba a gol, pegó en un defensa y el rebote lo recogió... Rennella, quien plasmó el definitivo 3-0.

Una goleada merecida y un estímulo para no pensar en las vacaciones con meses de antelación. Posiblemente el partido del próximo domingo en Anduva sea otra historia, pero el reto ahora es sumar por primera vez tres victorias consecutivas, y no planificar ya la temporada 16-17.

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