Diario de Valladolid

LA COPA MASTERS DE TENIS

Djokovic, en el punto de mira

Nadal insiste en pedir "un cambio de superficie del torneo que beneficie a todos en lugar de solo a algunos"

Novak Djokovic besa el trofeo de ganador en París-Bercy.-AP / FRANCOIS MORI

Novak Djokovic besa el trofeo de ganador en París-Bercy.-AP / FRANCOIS MORI

Publicado por
Jaume Pujol Galceran

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Novak Djokovic. El número 1 indiscutible. El dominador de la temporada con 10 títulos y solo 5 derrotas en 183 partidos disputados en 15 torneos desde que comenzó el año en Doha el pasado mes de enero. Ese es el hombre que está en el centro de la diana del resto de campones que, a partir de este domingo, buscarán en el O2 Arena de Londres el título de maestro. El reconocimiento de ser el mejor de los mejores.

Derribar al serbio no será fácil. En las últimas tres ediciones ha sido el que ha levantado la copa. Y no parece que esta última semana alguien le pueda arrebatar una gloria ganada golpe a golpe. «Este año, de lejos, ha sido el mejor de mi vida, se me hace difícil pensar en mejorarlo aún más», valoró Djokovic. Tiene razón. Aunque no ganara en el O2 Arena, como lo ha hecho en el 2008, 2012, 2013 y 2014, nadie se atrevería a poner en duda el dominio que ha ejercido.

Kei Nishikori será este domingo el primero en medirse a Djokovic en el partido que abre el torneo. El japonés, semifinalista el año pasado, ha sido el último en clasificarse para la Copa de los Maestros y no parece que vaya a dar la primera gran sorpresa.

 

LA OBSESIÓN: «GANAR»

Djokovic ya marcó territorio ayer. «Este es un formato que te permite pasar la fase de grupos incluso perdiendo algún partido, pero no estoy pensando en perder ninguno; mi objetivo es ganar los tres y llevarme el título», dijo, entre risas.

No es el único que tiene claro su objetivo. Su rival directo en el de nominado Grupo Stan Smith, Roger Federer, echó este viernes el guante sobre la pista azul del O2 Arena. «No me contento solo con participar; he venido a ganar» apuntó el exnúmero 1 mundial, ganador de seis Masters y finalista en dos ocasiones, y que no falta a la cita desde hace 14 años. El suizo debutó en el 2002 y solo en el 2008 no superó la liguilla de grupos. Federer debutará el domingo ante el checo Tomas Berdych, otro habitual del torneo desde el 2010, aunque solo una vez ha llegado a semifinales (2011).

De momento, Rafael Nadal no tendrá que medirse ni con Djokovic ni con Federer, los dos reyes del Masters. El tenista mallorquín, actual número 5 mundial, solo se cruzará con ellos si llegan a las semifinales. Para conseguirlo el exnúmero 1 deberá acabar entre los dos primeros del Grupo Ilie Nastase, en el que el próximo lunes debutará ante el suizo Stan Wawrinka (21 h. Movistar+).

Nadal, finalista en Londres en el 2010 y 2013, sigue con la espina clavada de una victoria en un torneo que nunca le ha beneficiado por jugarse en indoor y en pista dura. Este viernes el mallorquín protestó una vez más por esa situación. «Llevo 11 años clasificándome y siempre he jugado en una pista cubierta, dura y rápida, quizá se debería cambiar de vez en cuando la superficie para beneficiar a todos los tenistas y no solamente a algunos». Una situación de inferioridad que también sufre David Ferrer, presente en Londres por séptima vez y que debutará el lunes ante el escocés Andy Murray (15 h. Movistar+).

 

RENOVACIÓN HASTA EL 2018

Nadal no verá ese cambio. Este viernes la ATP anunció que el torneo seguirá al menos hasta el 2018 en el O2 Arena. «Es un escenario espectacular, que genera récords de afluencia y que se juega con un ambiente increíble en la pista y fuera de ella, con más de 100 millones de telespectadores de todo el mundo el año pasado, dijo Chris Kernode, presidente de la ATP, para argumentar la renovación del contrato.

Incluso Djokovic se había mostrado partidario de un cambio, aunque no dijo nada de la superficie en la que se debería jugar. «El Masters debería rotar, cambiar de ciudad cada cuatro o cinco años para promocionar el tenis y explotar nuevos mercados». Pero ni siquiera del número 1, el rey del torneo, parece que haga demasiado caso la ATP, la asociación de tenistas profesionales que los jugadores montaron para defender sus derechos en 1970.

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