Diario de Valladolid
Publicado por
Beatriz S. Olandia
Valladolid

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El curso de la actualidad, a veces, gasta bromas pesadas a la inteligencia. En un mismo día puede ser noticia una brutal guerra fratricida en algún país que cuesta colocar en el mapa y que el nuevo peluquero de Cristiano Ronaldo le haya obligado a rebajarse el tupé.

La voracidad con la que se consumen las noticias obliga a una renovación constante, un F5 que no ceja en su empeño por mostrarnos lo último acaecido en este mundo al que le quedan ya pocas esquinas que enumerar, incluso a costa de la veracidad de lo contado. Todo va demasiado deprisa.

El pasado jueves fue uno de esos días en los que el yin y el yang del mundo deportivo vallisoletano le zurró una buena coz al ojo. Que dos noticias tan diferentes y opuestas convivan en la misma página es un requiebro pesado, una carcajada de mal gusto.

El peso principal, por importancia y decencia de los protagonistas, se lo llevaba esa nueva Escuela de Baloncesto Lalo García que el nuevo club – y próximamente, único- pondrá en marcha para continuar con un legado que ya se intuía en la labor del capitán morado.

Mike Hansen ha tomado las riendas del Club Baloncesto Ciudad de Valladolid, un proyecto ilusionante que se corona de la mejor manera posible, fomentando el baloncesto desde la base, siempre con los valores que él mismo atribuyó al 5: lealtad, sacrificio, corazón, trabajo y pundonor. Nada más. Nada menos.

Y al lado de las lágrimas de la madre de Lalo García; a la vera de ese logotipo del jugador en gesto de agradecimiento humilde; conviviendo en la misma página que ese Eterno capitán, fluían las palabras de una columna sosteniendo el esperpento del deporte de la ciudad.

Esas palabras narraban el cambio de tercio del ayuntamiento respecto al Club Baloncesto Valladolid; el consistorio se lava las manos, y con razón, vistas las cuentas, los agujeros y los subterfugios utilizados hasta ahora. Podría ser una charlotada digna de Mario Moreno de no ser porque destila cierto tufillo a podrido. El cómo se ha llegado a esta situación es algo que no verán nuestros ojos, aunque debemos estar preparados para espectáculos aún tan lamentables como la reunión a uno de Sunil, en un monólogo absurdo que consagra este desatino.

Pero aún quedan más actos que presenciar perplejos a tenor de la actitud de las partes. Si bien es cierto que es respetable – y de agradecer- que el nuevo equipo de gobierno extreme las precauciones para no repetir errores del pasado, da la triste sensación que este diálogo de sordos que se traen con Sunil alargará una agonía dolorosa e impropia de este club histórico al que ya no le queda intacta ni la dignidad.

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