Leão, romántico del fútbol

El multidisciplinar Franco Battiato confesó a Julián Ruiz en una reciente entrevista publicada en este periódico que el centro de gravedad permanente al que cantaba en los 80 es una utopía. Eso es porque no conoce a André Leão.

El portugués es disciplina en movimiento armónico. Un estratega en forma de eje sobre el que rota el equipo. Su sentido táctico le permite estar siempre donde es necesario. Sabe cuándo hay moverse de puntillas y el momento de entrada del carro de combate. Es uno de los intocables, incluso en la época de las rotaciones. Sólo se extraña en él más presencia en ataque.

La pucelana es su primera aventura en el fútbol español. «Está siendo mejor de lo que esperaba. La Segunda es muy competitiva. Pensaba que pasaría como en Portugal, donde hay cuatro o cinco mucho más fuertes que el resto, pero no es así. Los de abajo quitan puntos a los de arriba con cierta facilidad. Nosotros mismos hemos hecho peores resultados con los de abajo que con los de arriba».

Leão fue el fichaje con que se estrenó Braulio en el Real Valladolid. Lo cerró antes del descenso y contaba con él para Primera. «Estoy aquí gracias a él y al presidente. El primero me fue a ver a Portugal y habló conmigo en Oporto. Después fui a Vigo cuando jugó allí el Real Valladolid. Estaban los dos y me dijeron que confiaban mucho en mí para la temporada siguiente en Primera. Me encantó ese interés personal porque me sentí muy bien tratado y valorado. Eso hizo que decidiese fichar por el Valladolid, por encima de otras ofertas».

Según indica, alguna era millonaria. «Me llegaron dos de muchísimo dinero. No voy a decir los equipos pero eran de Azerbaiyán. Me interesaba más el fútbol español, aunque fuese en Segunda, por esa fe en mí y por el proyecto de subir de forma inmediata».

Pero también existían intereses personales. «Aquí estoy a tres horas en coche de mi casa y mi familia. Algo muy importante porque tengo un niño de diez meses que entonces tenía tres».

¿La plantilla es como se la imaginaba? «En pretemporada ya vi que teníamos buen equipo. Luego llegaron jugadores como Timor y, en enero, otros más, como Pereira. Gente de calidad. Y ya estaba Óscar. Hay mucha clase pero lo bueno es que ya en pretemporada empezamos a crear un bloque muy fuerte. Y se nota».

Como mediocentro ha jugado más retrasado con 4-3-3 y con más llegada en el 4-2-3-1. Contrariamente a lo que se puede pensar, está más a gusto con la primera formación. «El trivote me puede restar capacidad ofensiva pero también me da otra visión del juego. Veo el partido de frente y me encanta, porque en mi equipo anterior, el Paços de Ferreira, jugaba así. Si me ponen más adelantado, estoy de espaldas al juego. Es más difícil y no puedo dar asistencias».

El luso está dotado para ese último pase. Explica el porqué. «Cuando jugaba en categorías inferiores lo hacía en la posición de 10, como Óscar. Quizá me ha quedado aún esa capacidad para la asistencia. Cuando me fichó el Oporto B ya me colocaron como mediocentro por delante de la defensa para salir con el balón jugado. Y siempre he seguido ahí. Me gusta porque tengo más espacio para tirar el pase».

Leão sonríe cuando se le comenta que está capacitado para contar con más presencia en ataque. «Cuando jugábamos con dos mediocentros me pedían llegar más. Lo intentaba siempre, pero no se puede hacer en cada ataque porque también hay que estar pendiente de no dejar huecos».

En los últimos choques en Zorrilla, el Valladolid se ha mostrado intratable. Sin embargo no ha competido al nivel exigible en los dos últimos a domicilio. ¿Por qué esta bipolaridad?

«Es cierto que fueron dos partidos malos. En Tenerife, tanto tiempo con uno menos fue difícil. En Sevilla jugamos muy mal. Pero tenemos un equipo muy fuerte. Lo demostramos goleando a Numancia con el mismo equipo, menos una baja obligada. Fue una prueba de confianza de Rubi con nosotros. Podía haber cambiado tres o cuatro jugadores, pero no lo hizo».

¿Ve un problema de intensidad? No se pronuncia pero aventura que se verá un equipo diferente en Ponferrada. «Queremos demostrar que podemos ganar en cualquier campo. Esta semana estamos más metidos que nunca para conseguirlo. No sé si ha sido la intensidad. Es muy difícil explicarlo. Creo que un problema puede ser que nos cuesta rehacernos cuando nos meten un gol. Tenemos que cambiar eso y pelear hasta el final».

«En verano juego mucho al tenis»

Leão está a gusto en Valladolid, donde puede desarrollar sus aficiones. Con un bebé, está claro cuál es su principal ocupación aparte del fútbol. «El tiempo libre lo aprovecho sobre todo para estar con mi familia. En cuanto a las aficiones, me gusta la música, ver películas y la lectura».

El portugués es amigo de los best-sellers. «Los últimos que he leído son algunos libros de Dan Brown y también los de 50 sombras de Grey. De estos me he leído los tres».

En cuanto a otros deportes, la red es su pasión. «Me gustan mucho el voley y el tenis, al que juego mucho cuando estoy de vacaciones».

Su aterrizaje en la ciudad ha sido excelente. «En mi familia somos gente sencilla y tranquila. Esta ciudad nos encanta porque no es muy grande y se puede vivir como nos gusta, pasear sin agobios y con seguridad. Espero seguir muchos años y, si puede ser, en Primera».

Una aventura en cuya consecución está rodeado últimamente en el campo por Timor y Rubio. Son tres jugadores diferentes pero complementarios. Y, como buen compañero, el portugués no se olvida de cuarto mediocentro de la plantilla. «Nos entendemos muy bien. También con Sastre, un jugador de gran calidad. Creo que Rubi tiene confianza en los cuatro y puede cambiar cuando quiera».

El 20 de mayo este portugués de Freamunde cumple 30 años. Una excelente edad para firmar el que puede ser su último gran contrato.