El milagro de los panes y los peces

La laboriosa victoria lograda el pasado domingo en el derbi ante el Ford Burgos no ha hecho sino reforzar las opciones de un MyWiGo Valladolid que se resiste a ser víctima de esos rumores que le condenan al matadero antes de tiempo.

De puntillas y sin hacer prácticamente ruido, el equipo de Porfi, siguiendo un guión ya aprendido de memoria en el que se ve obligado a reaccionar sobre la marcha y a superar piedras colocadas estratégicamente en su camino, llega al ecuador del campeonato (primera vuelta) con todas las opciones intactas para repetir ese sueño del ascenso a la ACB ya logrado en el 2008. El MyWiGo Valladolid cierra la primera parte de la Liga LEB-Oro situado en una quinta plaza un tanto engañosa ya que tan solo hay una victoria de diferencia respecto al primer peldaño, ahora en posesión del Quesos Cerrato, curiosamente una de las víctimas del conjunto vallisoletano.

El rendimiento del MyWiGo Valladolid muy posiblemente habría mejorado si las circunstancias, muchas (demasiadas) circunstancias que rodean al club, todas de índole económico, hubieran sido diferentes. Precisamente esa cuerda que rodea su gaznate le ha llevado a sudar cada canasta, cada partido, cada victoria hasta la saciedad como prueba el hecho de que después de nueve triunfos en catorce partidos la diferencia entre puntos anotados y recibidos, sea negativa. Todo un dato revelador que indica cómo ha tenido que trabajar el equipo en la arena para sacar sus partidos adelante.

Una vez completada la primera mitad del campeonato DIARIODEVALLADOLID-ELMUNDO analiza el rendimiento del MyWiGo Valladolid basado en cuatro puntos.

1-Cojera disimulada a duras penas en la ‘pintura’

El adiós o la fallida contratación de Hernández-Sonseca, el jugador sobre el que iba a girar todo el juego del equipo, obligó a la plantilla a un esfuerzo extra y a su entrenador Porfirio Fisac a improvisar sobre la marcha. Era la primera piedra en el camino. Porque sin un ‘cinco’ de referencia como era Sonseca la debilidad del equipo de cara a sus rivales apuntaba claramente a la ‘pintura’. Una cojera que disimular por exigencias de un guión marcado por esa deuda galopante que no ha dejado, de momento, incorporar a un sustituto en un mercado, ya de por sí acotado por la ‘sentencia Othello Hunter’ que impide fichar a cualquier jugador extranjero que necesite de tránsfer, o lo que es lo mismo que no haya jugado la pasada temporada en España. Pese a este condicionante el MyWiGo Valladolid supo tapar sus evidentes carencias en su juego interior a base de garra, a base de corazón, volteando como si de una noria se tratase los roles del equipo. Así, un jugador con papel secundario como iba a ser Sergio de la Fuente, el penúltimo en incorporarse al equipo, se ha ganado, con creces, muchos de los minutos que ha dejado la espantada obligada de Hernández-Sonseca. El regreso del canterano De la Fuente tras su largo exilio de ‘penitencia’, gracias a sus marcadas señas de identidad (muchas ellas heredadas de su padre Félix de la Fuente) le han llevado no solo a jugar más de veinte minutos por partido sino a ser el referente reboteador (7,07) del equipo con sus 1,98 metros. Los números de Sergio De la Fuente y la aportación ‘in crescendo’ de Stobart y Lucas, dos ‘cuatros’ con funciones de ‘cincos’, han ayudado a disimular dicha cojera. Una pregunta sale a colación de forma obligada. ¿Será capaz de aguantar el equipo y repetir números en la segunda vuelta sin un refuerzo interior? La decisión del club de fichar o no fichar (sobre todo de cara a los playoffs de ascenso) marcará sus intenciones y su deseo por recuperar el trono perdido.

2-La estabilidad de la plantilla la marcan los días 5 de cada mes

Porfi Fisac y el equipo han cumplido, de momento y con creces sobre el parquet. Ni siquiera las trabas de contar con una plantilla corta, descompensada y de calidad con cuentagotas, le ha hecho perder el norte. Todo lo contrario. El milagro de los panes y los peces sigue activo. Sin embargo la estabilidad del grupo, de nuevo forjado al más puro estilo Fisac, depende de una fecha concreta, de un compromiso adquirido por el presidente Sunil Bhardwaj. La plantilla debe de cobrar los días 5 de cada mes. Casualidad o no lo cierto es que el rendimiento del equipo bajo coincidiendo con el primer retraso en los pagos. A día de hoy a la plantilla se le adeuda una mensualidad que, si no cambian mucho las cosas, serán dos dentro de cinco días, con todo lo que ello lleva consigo. Y es que Porfi y el grupo lo dejaron muy claro en su día. La paciencia tiene un límite.

3-Porfi vuelve a disfrutar ‘jugando’ a ser entrenador

Entrenar en la ACB no es lo mismo que hacerlo en la LEB. En la LEB el entrenador, quizás por las circunstancias de precariedad económica que rodean al equipo, suele jugar un papel determinante como estratega. Y en este sentido Porfi Fisac disfruta como un niño jugando, escondiendo, inventando, en definitiva intentando multiplicar a la enésima potencia los ya de por si contados recursos del equipo. El manido dicho de ‘con menos no se puede hacer más’ se plasma perfectamente en un MyWiGo Valladolid perfectamente explotado en el que todos los jugadores, sean novatos o veteranos, tienen su papel asignado de antemano.

4-Mirada a la cantera por deseo y por obligación

Los condicionantes del baloncesto actual (poco dinero) llevan a los clubes (y más en el caso del MyWiGo Valladolid con los Iván, Jonatan, Astilleros, Edmon y Pape) a echar mano de su producto interior bruto, de su cantera. Por deseo (filosofía idílica) y también por obligación (sin coste). Una cantera que por otra parte habría que cuidar, mimar y reestructurar, algo que en Valladolid, con su actual modelo, se tiene que replantear al haberla utilizado solo por interés, por número y como fuente de negocio (cuotas de los jugadores).