Copa de garrafón

Martes 2 de diciembre, diez de la noche y un rival -Elche- de escaso gancho, por no decir nulo, al que la Copa no le hace ninguna gracia. Bastante tiene con centrarse en la Liga para abandonar la zona de descenso -es penúltimo- como para soñar con una competición que puede distraerle. Su único aliciente en el torneo del K.O. es superar esta ronda y cruzarse con el Barça en octavos para hacer una buena taquilla. En las gradas de Zorrilla, 4.687 espectadores.

Este fútbol, y a estas horas, aleja a los aficionados de los estadios. No es la primera vez que la Liga le hace una jugarreta similar al Real Valladolid. En la pasada temporada, el partido de Liga frente al Celta se jugó un lunes de diciembre a las diez de la noche. No es el único damnificado... El partido de vuelta en Elche, el 18 de diciembre, comenzará también a las diez.

El frío debió helar las ideas de los futbolistas, sobre todo en el primer tiempo. Al Elche no se le vio y del Valladolid sólo se salvan los acelerones de Bergdich cada vez que recibió el balón. Tuvo en sus botas el gol en la única ocasión de peligro antes del descanso, intentó regatear a Tyton pero el portero del Elche se lo arrebató.

La Copa sí le viene bien al Valladolid porque le permite a Rubi dar minutos a jugadores que habitualmente están en el banquillo e incluso a varios jugadores del Promesas. Anoche hubo tres titulares del filial de Segunda B en el equipo titular, Carmona, Jorge Hernández y Guille Andrés.

El problema es que la Copa de anoche era de garrafón y quién sabe si adulterado. El Elche vino a cubrir el trámite y procuró acomodarse entre el centro del campo y la defensa. El hecho de que Dani Hernández aparezca con un ‘sin calificar’ en la ficha técnica no se trata de un desliz, se debe simple y llanamente a que fue un espectador más durante muchos minutos, lo que le obligó a darse algunas carreritas cerca de la portería para no pasmarse de frío. Los jugadores del Elche estaban en Zorrilla, pero tenían la cabeza en el partido que les aguarda el sábado frente al Atlético y no se cansaron demasiado.

Los que estuvieron más entretenidos fueron los defensas y el portero, Tyton, un coloso bajo palos. El Valladolid se desperezó tras el descanso, metió una velocidad más a su juego y dispuso de varias ocasiones para romper el empate. Las mejores llevaron la firma de los tres jugadores del Promesas, que fueron los más destacados del Valladolid. Jorge Hernández probó primero fortuna y después asistió a Bergdich con un pase al hueco fantástico al que se anticipó Tyton, que en los minutos siguientes volvió a lucirse tras los remates de Guille Andrés y Carmona.

El Valladolid buscaba de forma insistente el gol ante un rival sin consistencia. La consigna desde el banquillo parecía clara: defender el 0-0. Tampoco se le veía muy preciso al Valladolid en su juego. Timor estuvo desaparecido durante muchos minutos, Omar no le dio al equipo la profundidad necesaria porque perdió el balón continuamenet a la hora de buscar el regate y Mojica, que sustituyó a Jorge en el minuto 62, no tiene ahora mismo la punta de velocidad con la que ha asombrado en los partidos de noviembre. La eliminatoria queda abierta. Al vencedor le espera el mejor regalo de Reyes, la visita del Barça el próximo 8 de enero.