Peña siente «urgencia» por ganar

Carlos Peña es el oráculo. El defensa blanquivioleta sabe detectar errores y aciertos. Pero va más allá. Está dotado para explicarlos con la nitidez y capacidad de análisis propios de un enseñante. Por algo ha estudiado Magisterio.

Tres partidos sin ganar. Una racha que el salmantino de nacimiento y catalán de adopción disecciona. «No asociaría los dos partidos anteriores con el último. La sensación que queda tras éste es peor. Es un golpe duro. Se trata de un rival directo y una derrota en casa. Los otros fueron empates en los que, por detalles, no pudimos ganar».

Su juicio del encuentro frente a Las Palmas es acorde al de la mayoría. «Tuvimos muchas opciones de llevárnoslo. En la primera parte estuvimos muy ordenados y en la segunda gozamos de contras muy claras para el segundo y el tercero, pero tras el penalti ellos estuvieron mejor. Nos desordenamos y estuvimos imprecisos. Son tres puntos que nos dejan tocados, pero es cuestión de recuperarse».

Peña fue protagonista de la jugada que torció el partido. Y explica tanto el acto como sus consecuencias. «Tiro mal la línea, Roque Mesa hace una acción técnica muy buena, me sobrepasa y hago penalti. Pudo haber antes falta sobre Leão pero son excusas que no valen de nada, porque empatan y no sabemos reaccionar. Nos desmoronamos un poco. Cometimos errores colectivos e individuales, yo el primero. Hay que trabajar sobre eso».

En contra del criterio expuesto por su compañero Óscar sobre la justedad física del Valladolid en los últimos minutos, Peña coloca otro responsable principal como desencadenante de la derrota. «Creo que es cuestión anímica. Nos vimos tan superiores que el empate marca el partido. No se lo achaco ni mucho menos a algo físico».

Y tampoco cree que ser el equipo más veterano de la categoría constituya un antídoto contra lo ocurrido, pese a los kilos de experiencia acumulada. «No tiene nada que ver. También a los equipos veteranos les pasan estas cosas. No supimos reaccionar en determinado momento, igual que otros días sí podemos sobreponernos. Hay que aprender a empatar los partidos que no puedes ganar».

Su opinión sobre Las Palmas es muy positiva pero no mayestática. «Tiene gente muy buena aunque no me sentí inferior. No pienso que fueran superiores a nosotros pese a que en algunos tramos supieron jugar mejor el partido».

El lateral espanta los demonios de la crisis y habla de cohesión ante un momento duro. «Somos un vestuario muy unido. Tiene que haber situaciones difíciles en la temporada. Es el tercer partido consecutivo sin ganar, la segunda derrota en Liga y la primera en casa. Lo ocurrido tiene que unirnos más para aprender de esto y no que vuelva a ocurrir en partidos de este calibre.

Lo del domingo no fue una final sino una batalla. Habrá muchas más. Por eso hace falta máxima unidad y máxima tranquilidad».

Una calma no reñida con la presión. Por eso los términos empate y derrota abandonan su diccionario. «Hay mucha urgencia por ganar. Debemos ir a Leganés demostrando que no estamos contentos con tres partidos sin ganar y que nos ha dolido mucho la derrota del domingo.

Nos debe espolear para ver el próximo partido como muy importante, en el que no podemos dejar escapar los tres puntos. Aunque, si no ganamos, no diremos que no podemos ascender y se acabó la temporada. Pero hay que ir con la mentalidad que dije antes».