Diario de Valladolid

Carlos Soto ultima ‘Barrio Mudéjar’, un canto a la convivencia de culturas

El que fuera uno de los fundadores de Celtas Cortos lanza una campaña de mecenazgo para editar el tercer álbum de Castijazz, con colaboraciones de Cifuentes, Ruibal o Eliseo Parra

Amusátegui, Bravo, Soto, Pumarabín, Díez y Pérez.

Amusátegui, Bravo, Soto, Pumarabín, Díez y Pérez.GALEN FRASER

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El flautista vallisoletano Carlos Soto se dispone a ampliar el repertorio de Castijazz, uno de sus proyectos musicales, bendecido con el Premio Europeo de Nueva Creación de Folklore ‘Agapito Marazuela’ allá por 2011. Después de aquel primer y celebrado disco homónimo, y de su segundo álbum, Tierra de nadie, publicado ocho años después, llegará en próximas fechas Barrio Mudéjar, el tercer trabajo discográfico de la formación liderada por quien fuera uno de los fundadores de Celtas Cortos y colaborador en grupos de música tradicional castellana como Almenara o La Bazanca.

Junto a Adal Pumarabín (percusiones), César Díez (contrabajo), Miguel Fraile (guitarra española), Laura Pérez (voz y percusiones), Jesús Bravo (teclado) y Ramiro Amusátegui (laudista), que ha ejercido además de coproductor, Carlos Soto ha facturado 11 canciones como Esta noche ha llovido mañana hay barro, La comida la manyana, Bazar o Una pastora yo amí.

La formación ha puesto en marcha una campaña de micromecenazgo –en el portal goteo.org– para financiar la edición del disco, que quiere ser «una ventana abierta a las músicas de nuestra tierra, para que el aire las impregne de otros sabores, olores y especias», un «canto de paz» al «entendimiento», a la «tolerancia», en unos tiempo convulsos y oscuros.

«He querido viajar a esa época en la que en España convivían tres culturas. He partido de temas sefardíes, mediterráneos y de nuestra propia tradición para plantear un encuentro entre culturas que es tan válido ahora como lo fue hace siglos», explica en declaraciones a este diario el músico vallisoletano, que en Barrio Mudéjar, por ejemplo, toca junto a la flauta otros instrumentos de viento, como el ney árabe o el chalumeau renacentista.

«Hay temas de la tradición sefardí que llevo escuchando desde que era joven, que llegaban a mí de Joaquín Díaz o de María Salgado. Son temas que, de forma natural, he ido asimilando. Luego uno va incorporando lo que va aprendiendo a lo largo de su carrera: en mi caso, por ejemplo, está la música modal, de la que soy un aprendiz, el jazz... Me permiten incorporar armonías diferentes, dar mi propia versión. No pretende ser un disco historicista o academicista, para nada», subraya Carlos Soto.

Portada del disco

Portada del discoMARÍA JOSÉ SANZ

Si para el vallisoletano esa idea de barrio representa el entorno básico de convivencia, para este trabajo ha convocado a otro puñado de artistas que suman su talento al de los integrantes de Castijazz antes citados. Así, por ejemplo, Eliseo Parra y Javier Ruibal intervienen en dos temas. Tampoco faltan dos Celtas Cortos como su cantante Jesús Cifuentes y Alberto García, violinista con quien Carlos Soto comparte además el proyecto musical El Alquimista Loco. En Barrio Mudéjar el percusionista venezolano Yonder Rodríguez toca el daf iraní y Javier Sánchez, de Nivai, hace los propio con el hang. También dejan su huella en este disco, cantando, Toño Ortega, de Candeal, y Carlos Herrero, de El Naán.

«Es un disco cantado, fundamentalmente, pero con una carga instrumental importante. Las canciones sefardíes, por lo general, hablan de la vida en las villas, son muy urbanas, son canciones festivas que hablan también del amor. La tradición sefardí ha ido evolucionando y en este trabajo habrá algún tema que puede evocar al romanticismo», matiza Carlos Soto.

El responsable del sello discográfico Awen Records y del estudio de grabación El Círculo Mágico incorpora también en este tercer trabajo discográfico de Castijazz una retahíla que Chava Alberstein interpretaba en la película Free Zone (2006), de Amos Gitai. «Es una canción infantil que se canta en las tres culturas. Ella, en la película, se pregunta cuándo va a parar el ciclo de la violencia infinita. Decidí pedirle a Héctor Castrillejo, de El Naán, que me hiciera una traducción libre de todo eso. Con ello hay una cierta actualización del mensaje», subraya Soto, que incluye un tema instrumental propio como Barrio Delicias.

Como es habitual en este tipo de campañas de micromecenazgo, quienes contribuyan a hacer posible la edición física de Barrio Mudéjar recibirán una serie de recompensas dependiendo de la cantidad aportada. Recompensas que incluyen, además del trabajo discográfico –en formato digital, en soporte físico, o en ambos–, láminas, camisetas y merchandising variado, así como entradas para el concierto de presentación del álbum en Valladolid –aún pendiente de fecha y escenario– o para una actuación en el estudio de grabación El Círculo Mágico, que se celebrará próximo el verano.

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