Armando Arenillas eleva su despojada abstracción en su última exposición

Él, que ha hecho bandera de la abstracción matérica a lo largo de su trayectoria artística, abre una vez más las puertas de su casa, Espacio Abierto, para despojarse de todo, para dictar una última lección a quien quiera escucharle, para elevar su pintura al firmamento en forma de humo y pavesas. Armando Arenillas (Valladolid, 1946) inaugura hoy en la citada sala Manchas de olvido (Los restos de la hoguera).

Al entrar en Espacio Abierto, Arenillas recibe al visitante con una abstracción visceral, encarnada, realizada en técnica mixta sobre papel. Mancha de rojo ardiente que parece querer extenderse sobre la superficie... o apagarse, quién sabe, si los tímidos trazos terrosos acaban por imponerse. No es obra reciente, pero parece el reflejo de su performance final como artista: la quema de su obra pictórica, entregada a las llamas en una intervención ideada y registrada junto al poeta Fernando del Val, y reproducida en Espacio Abierto en un poético y simbólico vídeo de ocho minutos.

La abstracción reducida a las negras cenizas. ¿Qué quedará de todo ello al final, cuando asome el olvido, cuando ya el creador no aliente una obra gestada al margen de las modas?, parece preguntarse el artista, que a comienzos de los setenta abandonó la figuración para abrazar la mancha, como recuerda en el catálogo de la muestra Blanca García Vega, catedrática de Historia del Arte y vicepresidenta de la Asociación Española de Críticos de Arte.

Quizá la esencia, la del hombre y la de su pintura, como en esa serie reciente de serigrafías a tres tintas, sutiles, despojadas hasta casi llegar al vacío. Y el negro de la ceniza y el rojo de las llamas en el papel. Y la nada que parece reclamar su lugar. Una propuesta «casi zen», advierte su compañero Javier Redondo, que contrasta con otras serigrafías a cinco tintas, más antiguas, construidas con el peso de volúmenes monolíticos que comparten espacio con manchas más livianas, llenas de matices.

Manchas de olvido (Los restos de la hoguera) permanecerá en Espacio Abierto (calle Alonso Pesquera, 4) hasta el próximo 11 de mayo. Una oportunidad para disfrutar de la obra del vallisoletano, que ha construido todo un discurso estético desde el gesto, la materia y el color, que ha recurrido a la abstracción para transmitir emoción. Una oportunidad, sí, quizá la última, y en el espacio que Arenillas abrió para la ciudadanía en 2021, junto a Concha Gay, Julio Martínez, Rafael Pablos y Javier Redondo.

‘La oscuridad es un hilo de luz invisible / la muerte no existe es una abstracción’Fernando del Val. 'Señal vestida de negro'

Y hoy, por qué no, recordamos los versos de Fernando del Val, en Señal vestida de negro, un libro de artista que el poeta realizó, en 2020, junto a Redondo y Arenillas: ‘La oscuridad es un hilo de luz invisible / la muerte no existe es una abstracción’.