Incertidumbre y malestar por la suspensión de 'In Crescendo'

Todos coinciden en destacar la vital importancia y los beneficios que desde su puesta en marcha ha generado el proyecto In Crescendo. Un programa del área socioeducativa de la OSCyL que desde hace diez años se ha convertido en una herramienta educativa y socializadora en colegios de alumnado con riesgo de exclusión, terapeútica en personas con autismo, con patologías psiquiátricas o con alguna discapacidad. Por eso ahora, tras el anuncio realizado el pasado fin de semana desde la FundaciónSiglo de suspender temporalmente la actividad del proyecto ‘Miradas’, la extensión del vallisoletano In Crescendo a toda la región, para «licitar» la actividad arguyendo que el proyecto está en «una situación administrativa peligrosa», el malestar se cierne sobre los centros, profesores y alumnos afectados. Una decisión que les genera incertidumbre ya que, además de paralizar un programa de probados resultados, los centros educativos también se verán obligados a reorganizar las actividades con el curso ya muy avanzado.

«A lo largo de todos estos años hemos conseguido muchos avances. No es sólo un proyecto de música, es un proyecto social. Es una forma de que muchos pequeños mejoren su comportamiento fortaleciendo el respeto entre ellos y de recobrar la motivación y la autoestima muchas veces perdida. Lo importante no es el producto final sino todo el proceso que se lleva a cabo durante el curso», lamenta uno de los profesores afectados.

Ante la incertidumbre que se ha extendido por este anuncio, familiares y profesores han puesto en marcha ‘Donde las palabras fallan, la música habla’, una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org. Al cierre de esta edición ya se habían adherido más de 3.300 personas.

Sin embargo, desde la Junta de Castilla y León quieren lanzar un mensaje de «tranquilidad». Tanto el director de la Fundación Siglo, Juan González Posada, como el consejero de Cultura, Javier Ortega, aseguran que el proyecto «no peligra» y que «sólo es una suspensión temporal» que se reanudará en el momento en que se legalice la situación de «inseguridad jurídica y administrativa» en la que se encuentra.

«Está en un peligroso vacío legal y es necesario licitar su actividad», apunta González-Posada. «No queremos paralizar el programa, sino reforzarlo», remarca el consejero.

Pero el malestar es patente. «Estamos muy preocupados y disgustados. Todavía no se lo hemos dicho a los niños. Tenemos miedo de comunicárselo porque era un proyecto muy ilusionante para ellos. Muchos tenían problemas de adaptación y tenemos la sensación de que lo van a recibir como si fuera una especie de rechazo hacia ellos. Ha sido como un jarro de agua fría. Además, están las dificultades añadidas que esta suspensión va a provocar a estas alturas del curso al tener que reorganizar todos los horarios». Y es que, aunque desde la Junta confían en que la licitación pueda hacerse en enero para poder retomar el programa cuanto antes, los afectados temen que el trámite administrativo se dilate. «El curso acaba en junio así que no somos muy optimistas».

En este sentido, el consejero, Javier Ortega, explicó ayer la dificultad de contratar a 70 personas en un periodo breve de tiempo para la extensión territorial del programa y no pueden permitir «esa falta de previsibilidad a la hora de ampliar ese proyecto tan importante».

Aseguró, asimismo, que toda contratación desde la Fundación Siglo «debe responder a los principios de transparencia y buen gobierno» y aseveró que es un problema de retraso en contrataciones, no de dinero. «La situación se va a retomar en el menor tiempo posible» siempre «con la mayor rigurosidad y transparencia».