«De la risa hay que abusar»

Durante muchas Nocheviejas se coló en los hogares de todos los españoles para brindar con carcajadas por el año nuevo. Su cara, inconfundible para el gran público, como lo es su sentido del humor. Josema Yuste (Madrid, 1954) lleva cuatro décadas haciendo reír en televisión, cine y teatro, donde desde hace años alimenta su vocación.

Josema Yuste aterriza ahora en las tablas delTeatroZorrilla de Valladolid para presentar mañana y pasado su último trabajo: Sé infiel y no mires con quién, una nueva adaptación del clásico de la comedia que marcó época en los 70 y al que ahora el artista ha puesto su firma como actor y director.

Pregunta.– ¿Sé infiel y no mires con quién es un clásico que no pasa de moda o un clásico que se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos?

Respuesta.– Es más lo segundo, un clásico que se ha hecho de manera puntual y que ahora yo le pongo una versión modernizada. El vodevil es un género que me gusta y con mi toque personal espero que guste al público. De momento así ha sido.

P.– ¿Qué queda de la comedia original de John Chapman y Ray Cooper?.

R.– Hay que saber mantener las esencias de las cosas buenas. Está la historia, pero tiene referencias a la actualidad. Algunos de los chistes se han mantenido, porque son realmente geniales, pero el 90% de los gags son nuevos.

P.– Imagino que contar con la asistencia de Jaime Azpilicueta -uno de los creadores de la exitosa primera adaptación teatral en España- habrá sido una ayuda.

R.– Yo creo mucho en el equipo a la hora de trabajar. Aporto mi personalidad, pero necesito un equipo. Entre todos hemos construido esta comedia... y Azpilicueta es la que mejora la conoce. He tenido un gran consejero, pero también un casting espectacular -en el que comparte escenario con Teté Delgado, Santiago Urrialde, Esther del Prado, Maribel Lara o Vicente Renovell, entre otros-.

P.– Se hace raro no ver a Pedro Osinaga en el papel principal después de tantos años interpretándolo. ¿Hay algo de él en tu interpretación?.

R.– Si te soy sincero, vi la obra hace tanto tiempo que no logro recordar más que me reí mucho, pero nada más. Osinaga era un excelente actor, Admiro a muchos actores, pero tengo mi propio estilo. No me inspiro en nadie, pero es verdad que todos tenemos en nuestro disco duro a Paco Martínez Soria, Alfredo Landa o el propio Osinaga y algo te impregnas de ellos.

P.– Además de actuar, en Sé infiel y no mires con quien también te sientas en la silla de director ¿Cuál es el reto más complicado?

R.– No es más complicado que cualquier otra profesión, pero es verdad que lo que me parece más difícil es dirigir. A nivel humano tienes ocho personalidades con su propio punto de vista y tienes que guiarles respetando su manera de escuchar al personaje. Como director puedes poner y componer, pero nunca imponer.

P.– ¿Cómo actor y director, el amor y el director tiene en el amor y los líos de faldas, como los que están presentes en esta obra, un filón para hacer reír?

R.– De la risa hay que abusar. Yo cuando más me he reído es cuando mejor respiras, cuando mejor te oxigenas y cuando más feliz estás. ¡Es sanísimo! ¿En qué ciudad o en qué comunidad de vecinos no hay un lío de faldas o de pantalones? Lo que pasa es que no se dice y eso da mucho juego.

P.- Paradójicamente, Sé infiel... es una de las obras que más fieles tiene. Su versión de 1972 llegó para cubrir la temporada de verano y se quedó 14 años en cartel y ustedes de momento van a lleno por función.

R.– Yo hice esta comedia con mucha ilusión, pero nunca pensé que iba a gustar tanto. Pensé... mucha de la gente que la vio en su momento habrá fallecido ¿Quién la va a ver ahora?, pero por otro lado pensaba que si se adaptaba podría gustar, pero no esperaba que tanto. La gente que la recuerda se la recomienda a sus familiares y amigos, ha quedado en el disco duro de esas personas.

P.- Hay que felicitarte por tanto por partida doble, por el éxito de Sé infiel y no mires con quién y porque este año has cumplido 40 desde que comenzaras en el humor con Martes y 13. ¿Es complicado mantener la sonrisa tanto tiempo?

R.– Llevo toda la vida haciendo reír en un formato o en otro, con mayor o menor fortuna. Me doy cuenta de que no ha sido ni tan fácil ni tan difícil. He tenido suerte, pero también constancia e ir normal por la vida, con mucha ilusión. En todos los trabajos he puesto toda mi fuerza y me he sido feliz.

P.- En todo ese tiempo has demostrado ser un ‘artista del Renacimiento’. Televisión, cine, teatro... ¿En cuál te sientes más cómodo?

R.– El teatro... y no lo digo porque lleve unos años centrado en él. Desde que era pequeño tuve la vocación de ser actor de teatro.No me veía en un plató o en un set de rodaje, me veía en un escenario. Al final la cabra tira al monte y he vuelto a mis orígenes.En teatro el aprendizaje es continuo, es más artesanal y el feedback con el público es maravilloso. En un plató o un set acabas y te vas a casa. Haces un gag y no se ríe nadie, no sabes si va a funcionar o no; en el teatro tienes una respuesta del público y la comunicación con él es impagable.

P.- Ahora toca esperar la respuesta del público de Valladolid. ¿Cómo se ve desde las tablas?

R.– Valladolid es una de las plazas más entendidas de España en teatro. Además, mi mujer es de Valladolid, mis hijos han nacido allí y tengo una relación intensa con la ciudad. Cuando estoy allí me siento como en casa.