Corto Maltés leva anclas en la Casa Revilla

Viajero perpetuo e impenitente, Corto Maltés recorrió y abordó todas las costas del mundo y se embarcó en misteriosas aventuras de la mano de su creador Hugo Pratt entre los años 1967 y 1988. En 2015, el guionista Juan Díaz Canales y el dibujante Rubén Pellejero decidieron acompañar al intrépido marinero hasta el fin del mundo y devolver a la vida gráfica a uno de los personajes del cómic más icónicos. Ahora, la Casa Revilla revive hasta el próximo 23 de junio todas estas aventuras en la exposición Cortomaltese. En cualquier lugar excepto en Ítaca. Más de medio centenar de originales que sirven para ilustrar sus andanzas por medio mundo. Desde Siberia hasta Brasil con paradas en Albania, Francia, Egipto o Ámsterdam.

El recorrido por la muestra arranca con el personaje y el primer dibujo que Pellejero firmó tras aceptar el reto que le propuso Juan Díaz Canales. Fue en el primero en el que el guionista madrileño pensó para dotarlo de imagen, según explicó ayer Mario Martín, comisario de la exposición, después de que Patricia Zanotti, titular de los derechos del legendario personaje de Pratt, le propusiera este reto. Y el mito volvió a cobrar vida.

Mario Martín recordaba ayer la primera reacción de Pellejero tras la llamada de Díaz Canales: «Nunca había dibujado a Corto Maltés ni en caricatura. Por eso, lo primero que hice cuando Juan me lo propuso fue pintarlo rápidamente para asegurarme un poco».

Ahora ese primer dibujo se exhibe en la Casa Revilla. Junto a él, páginas de prueba con anotaciones, dibujos, videos, mapas, documentos... Todo lo necesario para recrear la vida de un viajero incansable en una exposición que despierta todos los sentidos y que interpela al espectador:¿Y si Corto Maltés fuera una banda sonora? ¿Y si fuera un perfume? ¿Y si fuera un personaje?

Así, la exposición responde a estos interrogantes acompañando los originales que cuelgan en la sala con música que puede escucharse a través de una audioguía con Capoeira incluida, o con perfumes que recuerdan desde los olores del mar, la jungla o de los viejos libros hasta el propio aroma del héroe.

Díaz Canales y Rubén Pellejero han devuelto al Corto Maltés a los mares del mundo con los álbumes Bajo el sol de medianoche y Equatoria, resaltando, destacó Martín, la parte «más aventurera» del héroe a diferencia de las últimas publicaciones «más intelectuales y difíciles». Un capitán de mar enigmático, hijo de un marinero de Cornualles y de una gitana de Sevilla que en su camino se cruzó con personajes históricos como el escritor Jack London, el bandido Butch Cassidy o el Barón Rojo. Un viajero incombustible y muy reconocible gracias a su inseparable gorra de visera acharolada, los cuellos levantados de su cazadora y un humeante cigarrillo que consume con cierto aire lacónico y reflexivo mientras varias gaviotas revolotean junto a él.