Diario de Valladolid

Santos indaga en las raíces de las distopías en el cine

«La razón ha mostrado sus fallas, parecemos abocados a las distopías», advierte el vallisoletano

Una imagen del escritor vallisoletano Antonio Santos Aparicio.-A. S. A

Una imagen del escritor vallisoletano Antonio Santos Aparicio.-A. S. A

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Julio Tovar
Valladolid

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Tras publicar hace dos años con Cátedra Tierras de ningún lugar. Utopía y cine, el vallisoletano Antonio Santos Aparicio vuelve al catálogo de la editorial con su «reverso oscuro»: el lanzamiento de Tiempos de ninguna edad. Distopía y cine, que mañana presentará en el Café Teatro Zorrilla (20.00 horas), acompañado por el director honorífico de la Cátedra de Cine de la Universidad de Valladolid Francisco Javier de la Plaza.

Docente de esta Cátedra, doctor en Historia del Arte, profesor de la Universidad de Cantabria y autor de monográficos sobre el cine de Yasujiro Ozu y Kenji Mizoguchi, Santos Aparicio articula su estudio en torno a diez capítulos: De la eutopía a la distopía. Distopía: en futuro imperfecto. Hombres y máquinas. Noticias de la sociedad biónica. Demodistopías: la bomba demográfica. Utopías del milenio. Germanía, año cero. Ucronía: en tiempos de ninguna edad. Bestiópolis: la utopía animal y La humanidad desterrada.

Capítulos en los que revisa medio centenar de títulos de cineastas como Fritz Lang, Eric Darnell y Tim Johnson, Yakov Protazanov, Charles Chaplin, Terry Gilliam, Ridley Scott, Alfonso Cuarón, Michael Winterbottom, Arturo Ripstein, Pier Paolo Pasolini o Leni Riefenstahl: desde Metrópolis hasta Hormigaz, pasando por Aelita, Tiempos modernos, Brazil, Blade Runner, Hijos de los hombres, Código 46, El evangelio de las maravillas, Saló o El triunfo de la voluntad. Un viaje desde 1923 hasta 2018.

«La distopía es prueba del descrédito de la utopía. Pero también lo es del monoscabo de la razón», escribe Santos Aparicio en Tiempos de ninguna edad, para quien el declinar de la utopía es «reflejo de la crisis postmoderna de la humanidad». «Se nos prometía que la razón daría respuesta a todos nuestros problemas, pero en su lugar nos ha mostrado todas sus quiebras, sus fallas. Así que, sí, parecemos abocados a la distopía», advierte el crítico cinematográfico en declaraciones a este diario.

Dos caras de la misma moneda. «Distopía y utopía comparten principios axiológicos», sostiene Santos Alonso aludiendo a la imposición sin opción de discusión de las normas, al sometimiento del individuo frente al colectivo o a la falta de libertad. «Los ciudadanos sólo se resignan y lo aceptan si ven que pueden alcanzar la felicidad», matiza el vallisoletano.

Fue en tiempo de entreguerras y tras la II Guerra Mundial cuando proliferaron este tipo de ficciones sobre unas sociedades del futuro indeseables. También ahora. «Vivimos tiempos propicios ante una civilización que se desmorona. Estamos ante una crisis estructural a la que no vemos salida, social, política y medioambiental. Nuestra razón ya no es capaz de dar respuestas a esos desafíos, hemos dejado de creer en el bien y, por el crontrario, somos cada vez más conscientes del mal. Por eso sentimos cierta fascinación por las distopías, por asomarnos a ese abismo. El cine es el mejor notario de nuestro tiempo», sentencia.

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