El martirio de La Fura
La Fura dels Baus da una vuelta de tuerca al montaje que estrenó en 1997 con un gran drama sacro con más de 140 artistas, dos actores de Valladolid, y la OSCyL en el foso
-J.M. LOSTAU
Posiblemente, San Sebastián sea uno de los santos más venerados y representados en el mundo del arte. El Museo de Escultura de Valladolid, incluso, custodia una talla firmada por Alonso Berruguete. Ahora también, el mártir romano trasciende de la escultura y la pintura y se sube a las tablas del teatro Calderón para convertirse en el protagonista de una «gran ceremonia artística» bajo el sello de La Fura dels Baus.
Así calificó ayer el director artístico del teatro Calderón, José María Viteri, el ambicioso espectáculo El martirio de San Sebastián que se pondrá en escena en el coliseo vallisoletano mañana viernes y el sábado (20,30 horas) y el domingo una hora antes. Más de 140 artistas sobre el escenario y medio centenar de músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla yLeón en el foso bajo la batuta de Andrés Salado en una «propuesta coral», coproducida por el teatro Calderón junto al Comunale de Bolonia y el Festival de Perelada.
Una novedosa puesta en escena que transforma al mártir romano del siglo III en el paradigma de la rebeldía y que da una vuelta de tuerca al montaje que La Fura estrenó en 1997 actualizando «el lenguaje actoral, visual, coral y físico», destacó ayer Valentina Carrasco, ayudante de los directores Àlex Ollé y Carlos Padrissa. La obra parte del libreto de Gabrielle D’Anunzio sobre la cantata que Claude Debussy compuso pocos años antes de morir.
Despojada de la religiosidad del tema: «la obra tiene un ambiente místico muy especial que trasciende de lo puramente religioso», señaló el director musical Andrés Salado, quien apuntó, en este sentido, que D’Anunzio era ateo y Debussy «tampoco era muy creyente», esta nueva versión ofrece el martirio de San Sebastián desde muchas perspectivas y con un lenguaje más moderno «con colores muy diferentes a los que estamos acostumbrados», y con una puesta en escena donde confluyen «sintonías oscuras con momentos luminosos».
Una propuesta, en palabras de la soprano Inva Mula, «que no entiende de límites ni de fronteras entre disciplinas, capaz de crear un universo único. Un estreno que será muy difícil de olvidar».
En el reparto, Jan Cornet (Diocleciano) y dos actores vallisoletanos: Diego Martín, que interpreta al narrador -«un sorprendente regalo que me ha permitido adentrarme en el mundo lírico, un mundo desconocido hasta ahora para mí»- y Santi Marín que dará vida a Sebastián, «un hombre que a pesar de tenerlo todo, antepone sus ideales hasta llegar a la muerte».
En la puesta en escena también ocuparán un papel destacado el Coro Calderón Lírico y las nuevas tecnologías. Así, el montaje se servirá de proyecciones como soporte narrativo para resaltar el dolor y la santidad, la paz y las contradicciones de Sebastián. También el vestuario de Jaume Plensa inspirado en antiguos grabados de anatomía, ayudará a simbolizar el carácter humano de aquél que parece tocado por la santidad.
«Nuestra relectura de la obra de Debussy transmite una idea:la diferencia entre hombres y santos es una capacidad extraordinaria para soportar el dolor, la humillación, el esfuerzo, el reto. En este sentido, parece que los artistas y los santos coinciden. El artista, igual que el santo, es capaz de desarrollar una voluntad extrema que le acerca a su ideal de vida, estético o conceptual», apunta Àlex Ollé en la presentación de la obra.