Diario de Valladolid
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Redacción de Valladolid
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Tras dejar su sello en películas como El laberinto del fauno, Lo imposible, Guardianes de la galaxia o Isla de perros, la leonesa Rut Villamagna (Villamañán, 1978), que lleva quince años trabajando en los departamentos de pintura escénica, acabados y pintura de ficticios y atrezo de algunas de las más grandes superproducciones de Hollywood, se ha lanzado a una nueva «aventura». De la mano de Eirene Editorial debuta como ilustradora con Peditos, pedetes y pedotes, un cuento escrito por Cristina María Menéndez Maldonado que acaba de ver la luz en versión bilingüe con traducción a cargo de Jimmy Mc Allister y una docena de ilustraciones de la creadora leonesa.

Llevaba tiempo queriendo darle «un empujón»al uso de la paleta gráfica para diseñar con Photoshop y le pareció una oportunidad inmejorable. «La autora me contactó sin conocerme de nada a través de LinkedIn y me propuso el proyecto sin exigencias de tiempos ni de estilos y dándome total libertad para hacer lo que me diera la gana, siempre acorde con el texto que ya existía. Era todo un reto y esa mezcla de emoción y miedo que se tiene ante nuevos desafíos hacía mucho que no la sentía, así que no podía decir que no y me lancé», dice en declaraciones a Ical.

Para involucrarse al cien por cien con el proyecto, decidió esperar a concluir el trabajo que tenía entre manos, para la película Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald, y le hizo un hueco en su asfixiante agenda entre el último film del universo de Harry Potter y el episodio IX de Star Wars, en el que ahora está centrada. «Siempre es un placer volver a pintar sables láser... Creo que la fecha de estreno es de aquí en un año y ya me muero de ganas de verlo en la gran pantalla», confiesa sobre la nueva entrega de La guerra de las galaxias.

Admiradora confesa de ilustradores británicos como Jane Massey, Becky Cameron, Oliver Jeffers o Fiona Lumbers, Villamagna reconoce que se ha inspirado en sus creaciones para dar vida a Pablo, el niño protagonista, y los seres que le rodean. «Al tiempo que te inspiran es fácil caer en el desánimo con ideas como ‘yo nunca voy a hacer nada que le llegue a la suela de los zapatos’, pero hay que aparcar el ego o al final no haces nada», defiende.

Cuestionada sobre el proceso creativo que ha seguido, explica que ha intentado hacer algo «muy poco pretencioso, con líneas toscas con un ‘look’ muy de boceto y acabado poco refinado», al mismo tiempo que buscaba que sus dibujos «parezcan acuarelas».

Con sus ilustraciones, según explica, ha intentado cumplir dos objetivos: «Por un lado, que los personajes fueran lo más entrañable posibles; por el otro que, sin salirme del texto, promovieran la igualdad entre sexos y razas. Tendemos a ver ilustraciones para niños repletas de estereotipos y ee querido alejarme de ellos».

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