Isidoro moreno, la fuerza y luz del paisaje en espacio 36

El artista vallisoletano Isidoro Moreno López (1975) exhibe estos días su pintura en la galería zamorana Espacio 36, a la que regresa por tercer año consecutivo. Cerca de una treintena de paisajes compuestos allí donde el corazón plantó el caballete, que éste es un creador que se deja guiar «por sus emociones».

Rincones bañados por el mar, cumbres nevadas, paisajes atravesados por el Duero, pueblos de Castilla que conservan cierto esplendor del pasado... «Quien pinta siempre el mismo tema está muerto. Yo me dejo llevar por mis emociones. Interpreto el paisaje porque a nadie le importan las casas que hay en un pueblo, la distancia que existe entre ellas.... Pinto sensaciones», subraya el artista y restaurador.

Moreno rehuye convencionalismos e imposiciones. La suya es una pintura llena de matices por su empleo del pincel y la espátula; ora cargada de materia, ora despejada, cercana por momentos a la abstracción desde propuestas despojadas de lo accesorio,que juega con las luces y las sombras.

Paisajes vividos

«Pretende ante todo ser una pintura luminosa, con fuerza e identidad. Luz, color, materia y composición son mis premisas técnicas; emoción, sentimiento y necesidad, mis pretensiones», explica Moreno López, antes de repasar los motivos que alumbran su obra. «Pinto paisajes vividos. Paisajes en los que ha ocurrido algo, en los que me ha ocurrido algo: Albarracín, donde conocí la pintura con mayúsculas; Liébana, donde el paisaje es inmenso y me sentí libre; Castilla, la meseta que conozco, donde crecí y viví en soledad; Toro y ese gran paisaje desde su mirador, el río que se adapta al relieve como yo me adapto a mis circunstancias. El paisaje que cada vez se hace más pequeño pero a la vez más interesante», sostiene el creador.

Hasta el próximo 22 de septiembre, en el número 5 de la calle San Andrés, en Zamora.