Diario de Valladolid

El Síndrome de Peter Pan

Jon Plazaola encarna a un antigalán que se niega a crecer en ‘Mandíbula afilada’, una comedia con carga nostálgica que reflexiona sobre el amor y la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor

Jon Plazaola y Noemí Ruiz durante una representación.-E.M.

Jon Plazaola y Noemí Ruiz durante una representación.-E.M.

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Guillermo Sanz

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La crisis de los 30 invita a una fiesta con la nostalgia. Los anuarios de instituto tienen ya una gruesa capa de polvo, solera que hace añorar los 80 y los 90. La generación EGB ha crecido y el COU ya es materia para libros de historia. Sin embargo, hay dos cosas que nunca pasan de moda: el amor y el desamor, un tema que trata la comedia Mandíbula afilada, que aterriza en el TeatroZorrilla el 8 de septiembre.

Jon Plazaola y Noemí Ruiz interpretan a Juan yLaura, dos polos opuestos, compañeros de clase que se reencuentran pasada la treintena para darse cuenta de cómo el tiempo les ha cambiado.

La comedia comienza en el título:Mandíbula afilada.Jon Plazaola explica qué se esconde tras estas dos palabras:«Un mandíbula afilada es lo que los milenians llamarían ahora un fucker, un tío que se lleva a las chicas de calle, aunque Juan (su personaje) sea un pringao».

La obra, dirigida por Mario Hernández, carga sus pilas con una fuerte dosis de nostalgia ochentera y noventera. «Esa gente se ha hecho mayor, por lo menos en el DNI, y tenemos edad para contar a los adolescentes lo que vivimos en una época muy especial», declara el actor vasco, que subraya la idea de que «si algo no pasa de moda es el amor. Es una comedia que no caduca. Cuando Mario la adaptó dijo que podríamos contarla en el año 3.050».

Mandíbula afilada, creada por el valenciano Carles Arbeloa, se estrenó en 1997. Ahora su obra se revisa pero mantiene sus columnas maestras: «El amor, el desamor y los sueños norealizados», explica Plazaola. El actor destaca la tranquilidad de interpretar una obra consolidada: «Es una obra ya hecha y con prestigio. Eso te da confianza a la hora de interpretarla. Ahora, la pelota está en nuestro tejado», asegura.

La obra teatral que acoge el Teatro Zorrilla tiene en su ADN la esencia cómica de «los maestros Woody Allen y Billy Wilder», admite el protagonista, que explica cómo la obra trata del paso del tiempo y de cómo cada uno lo afronta de manera diferente: «Juan está atrapado en la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor. No quiere madurar y se resiste a crecer, porque no quiere vivir la vida que los demás quieren para él, quiere vivir su vida. Laura (que le cuenta en su reencuentro que se va a casar con un antiguo compañero de clase), le hace abrir los ojos a Juan», relata.

Juan, al que encarna Jon Plazaola, es «el eterno perdedor, un auténtico antigalán que mete la pata constantemente para conseguir a Laura». Estar más cerca de los papeles de Jack Lemmon que de los Cary Grant es algo que acompaña a Plazaola en su carrera profesional. Roles como el de Iñaki en la televisiva Allí abajo o el de Carlos enVillaviciosa de al lado son una silla en la que el intérprete se siente agusto. «Me siento cómodo en el papel de patán patoso. Juan tiene un perfil parecido a Iñaki. A mí me gustan los personajes que miran de abajo arriba. La gente se fija más en ese tipo de papeles, que pican piedra y tienen pequeñas victorias hasta alcanzar lo que quieren.Es más enriquecedor», confiesa.

Plazaola comparte escena con Noemí Ruiz, compañera suya en Allí abajo, una conexión que ha permitido que la química fluya desde el minuto uno. «Es una gozada trabajar con ella. Nos conocemos desde hace cuatro años y nos llevamos muy bien. Esa complicidad se nota. Lleva muchos años con su compañía de Málaga y me ayuda mucho con el lenguaje del teatro», confiesa.

El teatro ha sido todo un descubrimiento para Plazaola, que debuta sobre las tablas con esta obra. «El teatro, además de ser adrenalínico, te exige estar al 100%. Una de las cosas más maravillosas es que la gente se ría y tengas que esperar para decir la siguiente frase. Es un gimnasio increíble», reconoce.

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