Diario de Valladolid

TEATRO CARRIÓN, 4 DE SEPTIEMBRE

«La vida es un hotel, vas a estar poco... llévate lo que puedas»

El cómico gallego llega a Valladolid con ‘Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas’ donde explica con un humor «blanquito como las moscas polares» cómo ve la vida a través de sus inconfundibles gafas

El artista Luis Piedrahita vuelve a Valladolid con ‘Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas’.-DIEGO MARTÍNEZ

El artista Luis Piedrahita vuelve a Valladolid con ‘Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas’.-DIEGO MARTÍNEZ

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Guillermo Sanz

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El color de la vida depende de a través del cristal desde el que se mire. El gallego Luis Piedrahita lo hace a través de las lentes de sus inseparables gafas de pasta, una seña de identidad como la de Clark Kent antes de convertirse en Superman. ¿Su superpoder? El humor, un arma de construcción masiva que el monologuista tiene en su chistera, la cual descubrirá el próximo 4 de septiembre ante el público del Teatro Carrión de Valladolid con Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas, un invitado habitual en Valladolid, donde acude de turista por tercera vez.

Pregunta.– Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas… ¿Qué se esconde detrás de éste misterioso título?

Respuesta.– Es una frase chocante y graciosa. Nada más. Un juego de palabras extraño y surrealista. Funciona como una pequeña biopsia de lo que hay en el espectáculo. Creo que para eso tiene que servir un título. Si la frase te ha llamado la atención, el show te llamará la atención. Ojo, no es un título descriptivo. Por favor, que nadie acuda al Teatro Carrión creyendo que se va a encontrar un monólogo sobre amígdalas o tejido linfoide. Me ha pasado alguna vez. Gente agolpándose en la puerta y exigiendo a voz en grito chistes de ganglios, amígdalas u otras glándulas. El humor de glándulas engancha.

P.– 80 minutos por delante para reflexionar en voz alta ante el público, que van a descubrir en qué se parece una esponja de baño y el alma humana o un hotel a la vida… Hágame un spoiler y dígame en qué se parece la vida a un hotel...

R.– La vida es como un hotel. Un sitio en el que vas a estar poco tiempo y tienes que llevarte todo lo que puedas.

P.– ¿La carcajada es el mejor edulcorante para cuando la vida amarga?

R.– Seguramente sea el único. El humor sirve para hacer la vida llevadera. En realidad no soluciona los problemas. No cura las heridas, ni hace que vuelva la persona amada. El humor no arregla cosas. Seguirá doliéndonos la espalda, nuestros hijos seguirán suspendiendo alguna asignatura y los políticos seguirán robando, unas veces con la mano izquierda y otras veces con la mano derecha... Todo eso seguirá igual. Pero el humor seguirá siendo lo único que haga eso soportable.

P.– Dios hizo el mundo en siete días y se nota, ¿Por qué los mayores siempre hacen los columpios encima de los charcos? o El castellano es un idioma loable, lo hable quien lo hable son algunas de tus espectáculos anteriores. ¿Qué se va a encontrar el espectador que no haya visto antes?

R.– El público encontrará un espectáculo de humor, cotidiano e ingenioso. Humor blanquito como las moscas polares. No es un espectáculo crítico ni corrosivo. Se trata de un humor más poético que político. Es el que más hace falta porque es el que menos abunda. El humor entendido como un arma de construcción masiva. Yo garantizo que todo aquel que venga, saldrá mejor de lo que entró.

P.– Humorista, mago, director, actor… polifacético es su segundo apellido. ¿Qué facetas de Luis Piedrahita va a pisar las tablas del teatro Carrión.

R.– El humor. Pero sí es cierto que todas esas disciplinas han enriquecido mi humor. Digamos que mi experiencia de humorista hace que mi magia sea más divertida y que mi experiencia de mago hace que mi humor sea un poco más mágico. Esto último es muy evidente en este espectáculo.

P.– ¿Cómo ha evolucionado Luis Piedrahita desde que comenzó a escribir sus primeros monólogos hasta ahora?

R.– No lo sé. Quiero creer que lo hago cada vez mejor. Creo que ahora en mis monólogos hay más niveles de lectura que antes, más capas, más profundidad... Acércate que te voy a gritar un secreto. Es la primera vez que escribo en colaboración con otros autores. Durante la elaboración de este espectáculo conté, por primera vez, con la ayuda de otros guionistas. Hasta el momento yo me había encargado de escribir y diseñar todos mis espectáculos, pero me llena de orgullo poder decir que tuve el honor de contar con la ayuda de uno de los guionistas más brillantes del país, ¡el ilustre vallisoletano J.J. Vaquero! Si en el mundo hubiera más gente como Vaquero dormiríamos todos más tranquilos. Nos iríamos a dormir más tarde, eso sí. Pero el mundo sería un sitio mejor.

P.– Le hemos visto en televisión haciendo humor ante Will Smith, Jennifer Aniston o Tom Cruise… ¿Qué impresiona más actuar ante un famoso o ante un teatro lleno?

R.– En El hormiguero voy tan concentrado que ni siquiera soy consciente del nivel de las celebridades que tengo delante. La televisión en directo es como los cien metros lisos, dispones de muy poco tiempo para dar todo lo que tienes. El teatro es distinto, se parece más a una carrera de fondo. En el teatro hay tiempo para construir momentos, para recrearse, para esprintar, para detenerse, para contemplar, para acelerar otra vez... Yo disfruto mucho más en el teatro. Los cardiólogos desaconsejan tanto una cosa como la otra.

P.– En el Carrión vas a tener dos oportunidades de encontrarse con el público de Valladolid… y viceversa. ¿Qué recuerdos tiene de su pasos anteriores por la ciudad?

R.– Es la tercera vez que regreso con este espectáculo. En mis anteriores visitas se agotaron las localidades así que, pensando en esos desafortunados que se quedaron sin verme el año pasado, he decidido volver. El show es el mismo pero nunca es igual.

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