Los clásicos renacieron para cautivar al público

Los clásicos nunca mueren. Esta es una realidad que no se escapa a ninguna de las artes... y mucho menos al teatro, como se ha podido comprobar a lo largo de la pasada semana en Olmedo.

La localidad vallisoletana cautivó un año más (y van 13) a los amantes del teatro clásico; un público que volvió a abarrotar las butacas de la Corrala del Palacio del Caballero y del Centro de Artes Escénicas San Pedro para disfrutar de un programa coral en el que estuvió presente una selección de los grandes autores del teatro español e internacional. La presencia sobre las tablas de creaciones y adaptaciones de genios del género como Molière, Shakespeare, Lope de Vega o Calderón de la Barca sirve como un oportuno brindis por el Año Europeo del Patrimonio Cultural.

Crimen y telón fue la tramoya que bajó el telón del Olmedo Clásico. La compañía Ron Lalá escribió un epílogo que reflejó perfectamente lo que ha sido esta edición de la cita teatral vallisoletana: un éxito de público. Olmedo Clásico despidió su 13 cumpleaños llenando las butacas de la Corrala del Palacio del Caballero.

La obra policiaca no fue la única que consiguió colgar el cartel de no hay entradas. De los 13 espectáculos que servía la cartelera seis han sido capaces de no dejar una butaca libre. Este honor ha sido, además de para Crimen y Telón, para Las MujeresSabias (obra que inauguró la edición), Otelo, Rey Lear, Traidor y Hamlet entre todos.

En total, han sido 7.800 los espectadores que se han acercado hasta la localidad vallisoletana para disfrutar del embrujo del teatro clásico; unas cifras que igualan los registros de la anterior edición, en la que también se vendieron los 290 abonos que salieron a la venta. «El público ha vuelto a apoyar este festival y eso es lo más importante», celebra el codirector de Olmedo Clásico, Benjamín Sevilla.

El festival teatral ha querido subrayar este año la importancia de mostrar la versatilidad que puede ofertar el teatro clásico, una línea que llevan leyendo los últimos años y que en esta edición han querido entonar en voz alta: «Creo que este año ha sido el más variado en géneros y títulos. El público que viene es muy especializado y esta acostumbrado a ver muchas cosas. La edición debe buscar algo que sorprenda. Hay títulos que suelen repetir, pero hay que intentar propuestas distintas», explica Sevilla. De esta manera, Olmedo Clásico ha hecho en su programa hueco a las jóvenes compañías teatrales, como Vértice (de mano de quien llegó Las mujeres sabias) y a las veteranas como Atalaya con su Rey Lear.

La última edición firmó un nuevo éxito con la espina que clavó la lluvia (que impidió concluir El Caballero de Olmedo), pero con el dulce sabor que dejó la respuesta del público con el Hamlet entre todos; una catarsis colectiva que reunió a 120 espectadores en dos sesiones. «El público ha respondido muy bien. La gente salía con un cúmulo de emociones. Uno decía que era comida para el alma», explica el director del Olmedo Clásico, que explica la importancia de este género en el programa de la cita teatral: «Siempre hemos hecho algo experimental. Es otra forma de innovar y llevar los clásicos a escena. El lamento de Hamlet lo sientes tú, hay que probarlo», invita Sevilla.

En el balance del Olmedo Clásico será el «público el que marque la pauta» de futuros cambios, aunque la dirección estima que se ha encontrado el equilibrio casi perfecto a nivel de programación.