Acento vallisoletano para el ‘Buñuel’ de Portillo

El Teatro Español alza hoy el primer telón del que promete ser uno de los acontecimientos teatrales del año: la revisión que hacen Blanca Portillo, como directora, y Fernando Sansegundo, como responsable de la versión, de una de las magnas obras de Luis Buñuel, El ángel exterminador. Y como ya hiciera en 2015 con su Don Juan Tenorio, la actriz y directora ha vuelto a embarcar en su aventura a dos intérpretes vallisoletanos formados en las aulas de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León: Alfredo Noval y Raquel Varela.

Noval y Varela, que trabajaron también juntos hace dos años en la Joven Compañía Nacional del Teatro Clásico, con La villana de Getafe, integran un extenso elenco –20 actores se suben a escena– en el que figuran Álex O’Dogherty, Juan Calot, Alberto Jiménez, Inma Cuevas, Ramón Ibarra, Juanma Lara y el vallisoletano Dani Muriel. Un elenco cuya dimensión da cuenta de lo extraordinario del montaje, que tras su paso por el Teatro Español tiene como única parada prevista el Arriaga de Bilbao.

«Estamos viendo muchísima expectación con el estreno, así que estamos muy felices», reconoce a este diario Noval, al que Blanca Portillo fue a buscar cuando aceptó la propuesta de llevar a escena la obra de Buñuel, la historia del naufragio físico y moral de ese puñado de burgueses ‘atrapados’, sin saber cómo, en el salón de la mansión de los Nóbile.

Para formar parte del nuevo proyecto de Portillo tuvo que abandonar sus compromisos con Helena Pimenta y la CNTC, habida cuenta de que El perro del hortelano ha vuelto a las carteleras. «Éste es un tren que no se puede dejar escapar», subraya Noval, que encarna al invitado más joven de cuantos se dan cita en la mansión, interpretado por Javier Loyá en la película de Buñuel: el egoísta y posesivo Francisco de Ávila.

«En esta versión, Fran y su hermana Juana son los invitados más diferentes de todos los que van a casa de Edmundo y Lucía. Los dos se dedican al mundo del arte: él es un artista plástico provocador, colérico, ‘crecidito’ y muy metido en las redes sociales; ella es escritora. Como en la película, Blanca ha querido retratar al establishment, a los poderosos representados desde por un político hasta por un importante doctor», señala Noval, que confía en poder levantar a partir de verano un nuevo espectáculo con sus compañeros de Malalengua, tras Woyzeck. «Es nuestra compañía, fundada al salir de la Escuela, donde experimentamos y hacemos el teatro que queremos... Es nuestra casa», proclama.

Portillo y Sansegundo actualizan el retrato que hizo Buñuel de aquella burguesía de los años sesenta. «En todo momento, y Fernando lo ha reconocido así, el guión de la película es la base de esta adaptación, que respeta la estructura dramatúrgica de la obra de Buñuel», afirma Noval.

Figura mitológica

En El ángel exterminador de Portillo y Sansegundo aparece un personaje que no figuraba en la película del cineasta de Calanda, el interpretado por Varela, que mide sus declaraciones para no descubrir las sorpresas que guarda un espectáculo complejo en su diseño. «Es un regalazo de Blanca, como una figura universal que entronca con la mitología. Es un ser complejo, perturbador y misterioso. Es un espejo del error humano. Es aterrador y, a la vez, cercano», define la vallisoletana, encargada de remover las conciencias de cuantos asistan al derrumbe.

La actriz también dejó atrás otros proyectos para volver a colaborar con Portillo en esta producción del Teatro Español. «Es lo mejor que me ha pasado», reconoce.