Laura Toledo: «hay que hablar de heridas abiertas»

«Cuando leí la novela quedé enamorada. No sé cuántas veces la releí, hasta el punto de sentir la necesidad de contarla yo también, de llevar su historia a cada rincón de España, la historia de Pepita». Y Pepita no es otra que la cordobesa Josefa Patiño (1924-2015), la mujer que inspiró la célebre novela de Dulce Chacón La voz dormida, que tras su exitoso salto a la gran pantalla de la mano de Benito Zambrano (2011) ha llegado este año a las tablas gracias al deseo de la actriz Laura Toledo (Águila Roja y La memoria del agua), en un monólogo dirigido por Julian Fuentes (Ushuaia, de Alberto Conejero). Hoy se sube al escenario del Teatro Zorrilla (20.30 horas).

«En España sigue habiendo una herida abierta. Se sigue sin hablar de aquello en las casas y es algo necesario para poder avanzar», reflexiona Toledo en declaraciones a este diario. La actriz alerta incluso de la tensión que impregna hoy la vida política. «Está claro que estamos lejos de aquellos años, pero también que no estamos en paz, que falta un diálogo necesario para ser mejores. Hay que aprender del pasado», defiende la joven intérprete sevillana, formada en la Escuela de Arte Dramático de Sevilla, así como en el Laboratorio William Layton o en el Estudio Juan Carlos Corazza.

En La voz dormida, Chacón reivindicó la memoria de las mujeres anónimas que combatieron el Franquismo, que sufrieron las consecuencias de la derrota, que vivieron con la mordaza de una sociedad machista. Mujeres como Pepita, que juró amor eterno a un joven comunista que daría con sus huesos en la cárcel, machacados durante dos décadas de condena... siempre con ella –convertida en un enlace de la guerrilla en la sierra de Córdoba– esperando fuera, sacrificando sus mejores años de juventud. «Aquella mujer tenía unos valores que hoy son difíciles de encontrar. Nos volvemos egoístas. Ella, sin embargo, encarnaba la lealtad», reivindica Toledo.

El compromiso vital de aquella mujer no dejó de sorprender a la actriz. «Cuando comencé con los ensayos le decía a Julián que no podía entender a Pepita: cómo pudo esperarlo tanto tiempo. Ella le tenía idealizado. Con noventa años todavía se le iluminaba la cara al pensar en él. Y, pensándolo bien, de alguna u otra forma todos vivimos alguna vez un amor incondicional así, ya sea por nuestras familias, por nuestros trabajos, o por nuestras parejas... sólo que a veces estamos demasiado centrados en nosotros mismos», reflexiona Laura Toledo.

La actriz recuerda especialmente el paso del espectáculo por Córdoba, donde conoció a quienes acompañaron a Patiño en sus últimos años y a una de sus sobrinas. «Estaba muy emocionada al acabar la representación. Decía que la había visto reflejada en la obra. Para nosotros, La voz dormida es, por encima de todo, una historia de amor inserta en unas circunstancias políticas determinadas», subraya la intérprete.