Teloncillo estrena Una ‘granja’ para ver y escuchar
Música, poesía y canciones en torno a los animales de una granja en su séptimo montaje para bebés
La compañía vallisoletana Teloncillo estrenará el próximo 2 de enero en El Desván del teatro Calderón su último montaje -el séptimo para bebés- en el que una granja será la protagonista. Pero no es una granja cualquiera. Es una granja dirigida a los cinco sentidos que Ángel Sánchez y Ana Isabel Gallego han llenado de poesía, colores y música. Una granja para ver y escuchar, pero también para sentir.
La granjera doña Maruja guiará a los más pequeños por un viaje sensorial en compañía de la gallina Tomasa, la ovejita Miranda, la yegua Marcelina o el ratón Polvorón. «De su mano iremos conociendo y viviendo todo lo que sucede en La Granja, desde que amanece hasta el anochecer. Disfrutaremos de los animales, de sus sonidos y de sus productos a través de la música pero también habrá momentos de silencio y de misterio y, siempre, con un poquito de magia», señala Ángel Sánchez.
Y es que si algo caracteriza a los trabajos de esta compañía es su capacidad de sorprender. Un espectáculo de «puro divertimento» pero con el que también persiguen «despertar las emociones y motivar a los más pequeños».
No es un teatro al uso. La imaginación y la creatividad son los mimbres principales de esta compañía para enganchar a un tipo de público tan especial como los bebés. Como principal novedad, el piano se ‘colará’ en esta granja junto a la guitarra y al resto de instrumentos que siempre acompañan a Teloncillo sobre el escenario. Los bebés se familiarizarán al ritmo de rock and roll, valses, sambas brasileñas o sones cubanos con gallos asombrados, tortugas resfriadas o con ‘ovejas que bailan charlestón entre nubes de algodón’. Tampoco faltarán ‘gallinas muertas de risa que se ponen la camisa’, cerditos que beben biberón (Doce cerditos tuvo mi cerda/Ocho están gorditos y los otros dan pena) o los ‘Cinco lobitos’, creados por Gloria Fuertes, que ‘que dormían calentitos detrás de la escoba’.
Además de Gloria Fuertes, Teloncillo ha musicalizado también poesías de Marieta Monedero, Alicia Herreros, María Elena Walsh o Antonio Gómez Yebra en una gran aventura concebida para despertar todos los sentidos. Porque ellos son unos maestros en el teatro para bebés, un terreno que llevan abonando desde hace muchos años. Fueron pioneros en abrir la ventana a un género que cada vez tiene más adeptos y que ya no han podido cerrar. Su ‘visionaria’ idea no ha dejado de encadenar un éxito tras otro y de cosechar numerosos premios por su decisiva labor en su defensa de las artes para la infancia. Entre ellos, el Premio Nacional de Artes Escénicas.
Pocas compañías dominan como ellos el lenguaje de los más pequeños, a pesar de que en muchos de sus espectáculos no existen las palabras. Algo que no es fruto de la casualidad. Detrás de su éxito hay muchas horas de trabajo, de ensayos y dedicación. «En nuestro trabajo no vale cualquier cosa. Tenemos que cuidar mucho lo que hacemos porque va destinado a un público muy sensible al que tenemos que tratar con el máximo respeto», apunta Sánchez.