Diario de Valladolid

EXPOSICIÓN EN EL HERRERIANO HASTA EL 10 DE DICIEMBRE

Javier Bustelo deja volar la imaginación con ‘184-159’

El artista ilumina con sus coloristas lienzos la Sala 0, dedicada a las obras de creadores locales

Una mujer observa una de las obras de Javier Bustelo en la  Sala 0 del Museo Patio Herreriano.-J.M.LOSTAU

Una mujer observa una de las obras de Javier Bustelo en la Sala 0 del Museo Patio Herreriano.-J.M.LOSTAU

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A. F. / VALLADOLID
Valladolid

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La Sala 0 del Museo Patio Herreriano abre de nuevo sus puertas a la obra de un artista vallisoletano. En esta ocasión, es Javier Bustelo el que puebla de color y luminosidad el espacio con una exposición enigmática ya desde el título: 184-159.

Un total de dieciséis óleos a través de los cuales el artista transita por su particular universo creativo. Y es que su ejercicio de pintura no quiere seguir un camino trazado previamente sino investigar por las sendas que propone el arte. Él mismo reconoce que le gusta sorprender invitando a cada espectador a sacar sus propias conclusiones e interpretaciones. «Me resulta muy difícil hablar de mis obras. Creo que pierden algo si lo explico», señala.

Un primer vistazo a la exposición sorprende por su luminosidad y por una paleta de colores en la que predominan los amarillos y verdes. En una observación más detenida, la mirada se dirige a un elemento común que aparece en todas las obras. En algunas, ocupa un lugar prioritario. En otras, se cuela tímidamente formando parte en la escena. Y, en ocasiones, aparece varias veces. Son ovnis, objetos volantes. «¿Por qué? No lo sé», dice Bustelo.

«El primer artefacto volador se basó en una nave que construí en 2009. Fue una época convulsa en la que trabajé en una obra excesiva, una obra en la que cabía de todo. Y en ese ‘todo’ había objetos... algo que parecía un puñal, algo que parecía un capitel, y algo que parecía una nave voladora. Ese cacharro se me coló en una esquina, pequeñito. Y ese primero me empujó a su segundo. Y lo fui haciendo sin pensar en ello, sin saber por qué. A medida que hacía más cuadros esos objetos me iban incitando y el ‘tema’, azaroso, nada programado se fue haciendo más claro. Y aunque el tema ovni, ese que habla de posibles extraterrestres no me interesa especialmente, siempre está ahí de manera lúdica. O estética», destaca Bustelo, quien invita a «observar con tranquilidad la obra» y a que «cada cual tenga su propia interpretación».

Su obra no comienza con un proyecto sino que va evolucionando sobre la marcha. «Desde que comencé mi labor artística a principios de los 70, mi proyecto ha sido trabajar». El trabajo como método para buscar su verdad, la que está dentro. «Mi labor ha sido ser una especie de médium que dejaba salir que hubiera de salir. He intentado llegar a lo mas hondo en mi interior para que fuera viendo la luz lo que andaba por allí», explica.

Y es que para Bustelo, la obra en la que trabaja es «un camino por hacer. Voy entendiendo lo que estoy haciendo a medida que voy avanzando», dice. Un camino por el que transita «con tranquilidad».

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